…Por Regner A. Castellanos Álvarez*
Cristóbal Rovira Kaltwasser apunta que «la literatura académica sobre la derecha en la región [América Latina] es sumamente escasa, a tal punto que prácticamente no existen estudios contemporáneos al respecto». Sin embargo, identifica una serie de publicaciones sobre la derecha en A.L. que han analizado la década de 1990 particularmente desde una perspectiva comparada.(1) El autor además menciona que el libro que publicó con Juan Pablo Luna, The Resilience of the Latin American Right(2) [La resiliencia(3) de la derecha latinoamericana], trata de cubrir la ausencia de estudios contemporáneos en materia de literatura académica sobre la derecha en América Latina. Así, el trabajo ofrece una «mirada panorámica sobre el estado de la derecha latinoamericana en la actualidad».
Son tres los aspectos que Rovira Kaltwasser destaca como centrales en el libro citado. En primer lugar, realiza una conceptualización sobre qué significa ser de derecha y de izquierda que permite delimitar las diferencias entre ambas posturas políticas. Por otro lado, apunta cómo diversos actores han representado un peligro real a las «ideas y proyecto de modernización conservadora», que efectivamente, tal recuento podría dar cuenta de las distintas dificultades que han encontrado las derechas en América Latina. Desde esta perspectiva, el autor señala que la principal dificultad que enfrenta la derecha hoy en A.L. consiste en la emergencia de diversos actores y su capacidad de «politizar la desigualdad» y, en función de ello, lograr movilizar al electorado que amenaza el proyecto de la derecha, que tuvo éxito en la década del 80 y 90(4). En tercer lugar, apunta cómo la derecha en América Latina ha replanteado sus «estrategias de acción política» para contrarrestar los triunfos electorales de la izquierda en la región. Estas estrategias de la derecha latinoamericana hoy se pueden resumir en (1) mecanismos de acción no electorales, (2) opciones electorales no partidistas y (3) formación de [nuevos] partidos políticos(5).
Discutir sobre la (s) derecha (s) en América Latina implica hacerlo desde una mirada histórica puesto que el esfuerzo requiere identificar, de forma general, los hilos conductores en la trayectoria de la derecha como postura política en la región latinoamericana. Retomando el primer aspecto, la conceptualización sobre qué significa ser de derecha o de izquierda, los autores anotan que la obra de Norberto Bobbio (6) es una propuesta esclarecedora para realizar una aproximación conceptual en la materia. En resumen, subrayan tres elementos del trabajo de Bobbio:
- «derecha e izquierda son conceptos antitéticos […] el uno existe gracias al otro. […], esto implica que la eventual dominancia de uno de estos campos ideológicos no significa que el otro desaparezca y, por lo tanto, el peso relativo de la derecha y la izquierda varía a lo largo del tiempo y de los contextos nacionales.»
- «la distinción entre derecha e izquierda se sustenta antes que nada en la concepción del ideal de la igualdad. Mientras que la derecha concibe que la mayoría de las desigualdades son naturales y difíciles (o incluso inconvenientes) de erradicar, la izquierda asume que la mayoría de las desigualdades son construidas socialmente y, por ende, las ve como producto de situaciones que deben ser modificadas».
- «al proponer que el eje derecha/izquierda guarda relación con el conflicto en torno de diferentes actitudes hacia la igualdad, Bobbio plantea de forma explícita que suelen existir otros conflictos que son ortogonales a la distinción entre derecha e izquierda. Así, por ejemplo, el autoritarismo puede ser defendido por dictadores tanto de derecha […] como de izquierda […]».(7)
Los autores definen a la derecha como «una postura política que se distingue por pensar que las desigualdades centrales entre las personas son naturales y, por tanto, están fuera del alcance del Estado, mientras que la izquierda es una postura política que se caracteriza por asumir que las desigualdades centrales entre las personas son artificiales y, por tanto, deben ser contrarrestadas de forma activa por políticas estatales».
Las «nuevas derechas» y el caso de Honduras
Complementario a la reflexión que traza la carencia de estudios sobre la derecha en América Latina, también se encuentra un interés emergente por definir el concepto de nuevas derechas.(8) Así, en general, se argumenta que se ha generado un cambio en las actitudes de las derechas latinoamericanas respecto de la democracia y del Estado.(9) Asimismo, se señala que a partir de 1980 se abre una coyuntura en América Latina que provoca que las derechas se revistan como tutoras de la democracia representativa. Sin embargo, cabe destacar que este cambio de actitud se manifiesta en las derechas en las que sus proyectos han sufrido rupturas, en distintos niveles y densidades, por la llegada de gobiernos de izquierda o progresistas; son derechas que en el terreno político se encuentran ubicadas en la oposición ejerciendo cualquiera de las tres estrategias de acción política. Además, estas derechas, tienen un cálculo más preciso sobre los efectos, en resultados electorales, si arremeten contra políticas consideradas como conquistas populares.(10)
Pero, ¿cómo estudiar y caracterizar a la (s) derecha (s) en Centroamérica, basado en evidencias empíricas y miradas de largo alcance? No cabe duda que hay un vacío al momento de tratar de responder esta interrogante, y los escasos estudios contemporáneos sobre las derechas en América Latina –a pesar de plantearse como estudios a nivel Latinoamericano– continúan dejando ausencias al momento de analizar la región centroamericana y el vacío es mayor si se coloca la mirada sobre el caso hondureño.
En el caso de Honduras, se observa que las derechas no han sufrido una ruptura en los términos arriba señalados. Las circunstancias en las cuales José Manuel Zelaya Rosales –Mel Zelaya– asume el gobierno no se dio en el marco del ascenso de los llamados gobiernos de izquierda en América Latina, visto desde esa óptica, se habla del giro de Mel Zelaya hacia el Sur.(11) Las acciones políticas producto del giro de Zelaya, representó una amenaza al proyecto conservador de las derechas hondureñas y éste fue rápidamente castigado mediante un golpe de Estado el 28 de junio de 2009. No obstante, el castigo no bastó como medida de control social y político puesto que provocó un movimiento de resistencia social(12) que abrió nuevas coyunturas en la dinámica social hondureña. Las repercusiones fueron múltiples y el resultado, entre otros, positivos para algunos sectores y negativos para otros sectores de la izquierda hondureña, un nuevo partido: Libertad y Refundación, LIBRE.
Evidentemente, las derechas en Honduras no se ubican en el espectro de las derechas latinoamericanas que realizan su acción política desde la oposición. La literatura contemporánea, sobre las derechas en América Latina, también identifica a las derechas que «se aglutinan en torno de fuerzas de gobierno» y plantea que en estas derechas «la línea de corte entre los años 80 y 90 y la actualidad es menos evidente».(13) Es decir, hay mayores continuidades que rupturas en relación a las viejas derechas, otrora relacionadas a «gobiernos de dictaduras institucionales de las Fuerzas Armadas o más ampliamente a gobiernos fundados en el terrorismo de Estado y la Doctrina de Seguridad Nacional».(14) Sin embargo, lo que tienen en común sean las derechas en la oposición o las derechas en el gobierno, es el consensualismo. En el caso de Honduras está ligado a las derechas que buscan construir una «democracia aparentemente dialoguista»(15) y producen estrategias que buscan pacificar procesos o movimientos sociales que amenace o altere su proyecto de modernización conservadora.
En este sentido, ¿Qué tanto han cambiado de actitud las derechas en Honduras en relación con el carácter de la democracia y del Estado?, y ¿cuál es el balance entre las rupturas y continuidades en la configuración de las derechas en el marco de la democracia representativa iniciada en la década de 1980?
El historiador Marvin Barahona ofrece algunas pistas para caracterizar las derechas en Honduras. El autor argumenta que el triunfo electoral del Partido Nacional en las elecciones generales de 1989 «marcaron el punto de partida en la modernización de la derecha hondureña –principalmente de la representada por el Partido Nacional– al haber establecido pautas concretas en la conducta política a seguir a mediano y largo plazo, y al elaborar una agenda completa para reorientar la participación de Honduras en los procesos económicos globales».(16) Precisamente, ve en el Partido Nacional el principal instrumento político de la derecha en Honduras. Y a pesar de la discontinuidad de aquel Partido Nacional de principios de la década de 1990, interrumpido por los triunfos electorales consecutivos del Partido Liberal en 1993 y 1997, el PN ha sostenido los aspectos fundamentales de la agenda establecida en el periodo 1990-1994 en los gobiernos del Partido Nacional de 2002, 2010 y 2014.
Barahona, analiza la trayectoria y el ascenso de una nueva derecha en el Partido Nacional en el periodo 1990-2014, y apunta importantes observaciones en tanto muestra como el bipartidismo y las prácticas políticas decimonónicas continúan coexistiendo a la par de un discurso político en defensa de la modernización de los partidos políticos y de la institucionalidad del Estado hondureño. También, deja entre dicho si realmente se transformó la derecha hondureña y el Partido Nacional en particular.(17) Aunque el autor no lo hace explícito, posiblemente ve más elementos en la conformación de una nueva derecha en el Partido Nacional que en el Partido Liberal. Sin embargo, este es un aspecto a discutir si en el caso de Honduras las nuevas derechas se configuran a la luz de un partido, el PN, o hay que estudiarlo como un sector que se configura en distintos espacios del terreno político hondureño.
En Honduras, la fuerza en el gobierno es de derecha, el gobierno de Juan Orlando Hernández Alvarado (2014-2018). Y por su contenido, probablemente constituye una derecha que guarda muchas similitudes a las viejas derechas latinoamericanas: las estrategias de seguridad(18) del gobierno se basan en lo fundamental en la Doctrina de Seguridad Nacional, muy alejada a una política pública de seguridad ciudadana; Juan O. Hernández ha consolidado la injerencia del Poder Ejecutivo en el Poder Legislativo y Poder Judicial al instituir un ente superior, el Consejo Nacional de Defensa y Seguridad que es una estructura formada por los tres poderes del Estado, dos ministros –Ministro de Seguridad y el Ministro de Defensa– y el Fiscal General, que se subordina a la figura del Presidente de la República, quizá visos de dictadura de nuevo tipo.
Probablemente una ruta de estudio sobre las derechas en Honduras se puede trazar en base a la propuesta de periodizar las nuevas derechas a partir de la década de 1980. Periodo en el que se inicia la llamada democracia representativa(19) y a la vez se potenció la agenda neoliberal(20). Durante el periodo 1980-2015, ¿cuál es el estado actual de las conquistas populares logradas a partir de la huelga de 1954?, ¿Las derechas en Honduras continúan el proyecto del Estado mínimo? ¿Cuál ha sido el papel de las derechas religiosas (21) en Honduras en relación al Estado y la sociedad?
A modo de cierre
Tener una lectura clara y permanente de las derechas en Honduras exige un programa académico con compromiso político. Los aspectos arriba mencionados buscan plantear un posible camino o ruta sobre una necesidad de reflexión en el país. E iniciar un proceso que permita construir y consolidar una comunidad de pensamiento en torno a Honduras. En la medida que haya mayor profundidad en conocer y entender a las derechas, las estrategias políticas de los sectores progresistas quizá cuente con mayores elementos para contrarrestar y ganar terreno ante el proyecto conservador de las derechas en Honduras.
Las pistas hasta el momento parecen indicar que los sectores más conservadores de Honduras no han tenido la necesidad de reconfigurarse políticamente. Por tanto, encontramos a las derechas hondureñas con discursos que hace treinta años quizá no era posible que articularan, no obstante sus prácticas políticas son cada vez más autoritarias y más radicales que sus antecesores. A pesar del surgimiento de dos nuevos partidos políticos, las prácticas políticas de las derechas en Honduras continúan teniendo como base de relaciones al sistema bipartidista, que de cierta forma mantiene estabilidad. Han sido más de treinta años de una llamada vida democrática, que se sustenta en una alta ineficiencia de las instituciones del Estado e ilegitimidad del sistema político y sus actores.
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1 El autor destaca cuatro trabajos con enfoque histórico: D. A. Chalmers, Maria do Campo Campello de Souza y Atilio Borón (eds.): The Right and Democracy in Latin America, Praeger, Nueva York, 1992; Edward Gibson: Class and Conservative Parties: Argentina in Comparative Perspective, Johns Hopkins University Press, Baltimore, 1996; Kevin J. Middlebrook (ed.): Conservative Parties, the Right, and Democracy in Latin America, Johns Hopkins University Press, Baltimore, 2000; y L.A. Payne: Uncivil Movements: The Armed Right Wing and Democracy in Latin America, Johns Hopkins University Press, Baltimore, 2000.
2 J. P. Luna y C. Rovira Kaltwasser (eds.): The Resilience of the Latin American Right, Johns Hopkins University Press, Baltimore, 2014.
3 O resistencia, que hace referencia a la capacidad de regenerarse como grupo o sector social.
4 V., «La derecha en América Latina y su lucha contra la adversidad» en Nueva Sociedad N° 254, 11-12/2014, pp. 36, 40-41.
5 Ibíd., pp. 36, 42-45.
6 N. Bobbio, Derecha e izquierda. Razones y significados de una distinción política, Taurus, Madrid, 1995.
7 Ibíd., pp. 36.
8 Verónica Giordano explora la definición del concepto desde la sociología histórica y busca develarlo, en sus palabras, a partir de la historicidad al fenómeno y concepto de nuevas derechas. Parte del ya clásico trabajo de José Luís Romero de 1970 (El pensamiento político de la derecha latinoamericana), y también retoma a la historiadora Sandra McGee Deutsch en el uso en plural del concepto: derechas.
9 Verónica Giordano, «¿Qué hay de nuevo en las nuevas derechas?», en Nueva Sociedad N° 254, 11-12/2014, p. 53.
10 V. Giordano: op. cit., pp.52-53.
11 Kristina Pirker, y Omar Nuñez, «Cuatro hipótesis y un corolario en torno al golpe de Estado en Honduras» en OSAL (Buenos Aires: CLACSO) Año XI, N° 28, noviembre, 2010.
12 Para una reinterpretación del movimiento de resistencia social que surgió después del golpe de Estado de 2009, V., Adrienne Pine, Sobrevivir Honduras, Casasola Editores, 2015, pp. 9-27.
13 V. Giordano, op. cit., p. 54.
14 Ibíd., p. 49.
15 Ibíd., p. 54.
16 M. Barahona, «El ascenso de la nueva derecha en el Partido Nacional (1): Tensiones entre modernidad y tradición en el Estado hondureño (1990-2014)», en Envío-Honduras, Tegucigalpa, Año 12, N° 41, marzo 2014, p. 26.
17 Ibíd., p. 31.
18 Véase, Eugenio Sosa, «Militares, seguridad y política», en Envío-Honduras, Tegucigalpa, Año 13, N° 45, marzo 2015, pp. 11-13.
19 Se ha explorado sobre partidos políticos y procesos electorales en la década del 80, V., Ernesto Paz Aguilar: Les Partis Politiques au Honduras (1980); Paz Aguilar, «Sistema electoral y representación política en Honduras», Revista Pensamiento Hondureño, N° 2, Tegucigalpa, enero-junio, 1987; Arturo Fernández, Partidos políticos y elecciones en Honduras 1980, Editorial Guaymuras, Tegucigalpa, 1988; Aníbal Delgado Fiallos, Honduras elecciones 85 (más allá de la fiesta cívica), Editorial Guaymuras, 1986.; Hilario Vallejo, Cachurecos y colorados (1988); José Darío Izaguirre, Orígenes de los partidos políticos en Honduras, tesis de licenciatura en Historia (1992).
20 Verónica Giordano, op., cit., p. 51.
21 De América Latina, Centroamérica presenta los porcentajes más elevados: entre 30 % y 40 % en promedio por país. V., Julio Córdova Villazón, «Viejas y nuevas derechas religiosas en América Latina: los evangélicos como factor político» en Nueva Sociedad N° 254, 11-12/2014, pp. 112-123.
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*Regner A. Castellanos Álvarez. Sociólogo de la UNAH.