…Por Fernando Reyes
Las personas transexuales alrededor del mundo enfrentan múltiples obstáculos en su proceso de construcción de identidad de género y sexual, debido a la controversia que ha existido en relación a la clasificación que define la «transexualidad» como una patología mental o psiquiátrica, generando un detrimento en la calidad de vida de estas personas previo, durante y después de su proceso de construcción de identidad. Las personas transexuales enfrentan además las determinantes como la pobreza, la precariedad laboral, la falta de educación, el estigma y la discriminación, así como la exposición a la violencia física, sexual y psicológica.
Con el objetivo de lograr un concordancia sexual y de género, muchas personas transexuales se someten a prácticas riesgosas para su salud y su vida, que sumado a la ausencia de información relacionada con la temática se dificulta el reconocimiento social, cultural y político para lograr una auto-determinación mental y corporal.
Estas pueden incluir o no, modificaciones corporales, ingesta de hormonas y cirugías de reasignación sexual con el fin de alcanzar una autodeterminación de la propia identidad, y en este caso la identidad de género, refiriéndose a la vivencia interna e individual de cada persona sobre como siente profundamente.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el concepto de salud es el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. Esto quiere decir que la salud es un concepto que describe el estado holístico e integral que abarca todos los aspectos de la vida humana.
Las personas transexuales enfrentan retos particulares debido a la discriminación que experimentan desde el inicio en la búsqueda de su identidad. Lograr una auto determinación está ligada con el hecho de no identificarse con su sexo de nacimiento y con las características, condiciones biológicas y físicas. Pueden ser percibidas como distintas dentro de las dinámicas sociales tradicionales heteronormativas o categorizadas exclusivamente en el marco del binomio sexual, hombre y mujer.
La construcción de identidad de género de las personas transexuales conlleva un proceso de redefinición desde el marco tradicional para encontrar su espacio dentro de la esfera social. Es necesario redefinir una identidad de género propia que inicia a través de una deconstrucción social cargada de significados heredados, roles y estereotipos asociados al sexo asignado al nacer, y las relaciones entre hombres y mujeres.
La construcción de la identidad de género es distinta e independiente de la orientación sexual, entendiéndose como la suma de sentires afectivos, sexuales y emocionales de las personas hacia otras con un género diferente al suyo, igual, o por más de un género, así́ como a la capacidad mantener relaciones íntimas y sexuales con estas personas.
Esta construcción se encuentra ligada mayormente a la autodeterminación sobre los cuerpos y su libre ejercicio sin que exista una obligatoria correlación a través de transformaciones totales del cuerpo y el uso de tratamientos hormonales, procedimientos quirúrgicos sencillos (mastectomía o mamoplastía) o tratamientos de mayor complejidad (cirugía de genitales).
La construcción de la identidad de género puede no conllevar ninguna de estas modificaciones y varían según las determinantes de los individuos en su proceso personal.
Es importante enfatizar que no todas las personas transexuales sienten que la construcción o determinación de la identidad de género se encuentra estrechamente ligada con el uso de tratamientos hormonales.
Los y las activistas internacionales establecen que el sentir y pensar correspondiente con el género asumido son el componente más importante para lograr un estado de bienestar, pero la presión social y cultural sobre la figura corporal son determinantes para que exista la necesidad y la demanda al sistema de salud, pudiendo ser utilizadas de forma temporal o permanente, como en los casos definitivos donde es necesario realizar una extirpación del útero, ovarios, o la remoción de pene y testículos.
El acompañamiento de una constante terapia hormonal regular son parte luego de la remoción definitiva de los órganos genitales, así como un apoyo médico capacitado, informado y sensible.
Existe una relación importante entre el fin último que es alcanzar la identidad de género y las diversas determinantes que dificultan o facilitan este proceso, en ocasiones la falta de recursos económicos, la ausencia de información pueden resultar en intervenciones irregulares, clandestinas, riesgosas, ilegales o alternativas sin ningún fundamento médico.
El uso auto indicado de hormonas sin control de un profesional, el uso de inyecciones de diferentes líquidos sin conocimiento de su procedencia o las consecuencias de salud relacionadas, como ocurre con el uso de la silicona líquida u otras sustancias, ocasionan efectos graves perjudiciales para la salud y la vida.
Incremetan la precaridad sobre la dignidad humana y se convierten en un indicador de alerta por el alto subregistro de casos y desinformación general sobre las consecuencias, el origen o el contexto en el que ocurren estas prácticas y las patologías relacionadas sobre el uso indiscriminado sin apoyo profesional incluidas las consecuencias fatales, y corresponden a una de las principales causas de muerte entre las mujeres trans.
La patologización hacia la comunidad transexual mantiene invisibilizada la necesidad real e incapacita a los sistemas de atención para responder de forma eficaz a dichos casos, es necesario reorientar un acceso a salud con el fin de alcanzar el pleno desarrollo humano.
El proceso de transición médica, psicológica y social que enfrentan las personas transexuales es llevado a cabo para adecuar el cuerpo con una identidad de género cercana a la asumida, pero el activismo transexual rechaza cualquier postura definitiva que insista en demostrar que es exclusivamente necesario recibir esta atención para sentir, pensar y decidir sobre sus propios cuerpos, rechazando los contextos que perpetúan la inequidad en el acceso a la salud, la calidad y la disponibilidad de los servicios de salud pública y las determinantes que orillan a las personas transexuales a buscar alternativas con riesgos para la salud.
Alternativas como el uso de silicona líquida inyectada, conlleva consecuencias como la muerte, la desfiguración corporal y el rechazo inmunológico que resultan en que los pulmones se inunden con fluidos o provoquen una embolia pulmonar, así como consecuencias aún menos reconocidas como ser las de salud mental.
RESULTADOS Y ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS.
De las 13 personas encuestadas para este estudio, el 100% de ellas refiere que el sexo o el género con el que se asume, o se siente identificada es TRANS, lo que corresponde un análisis interesante en relación a la auto-percepción de las personas encuestadas, y la labor del activismo organizado en Tegucigalpa. La importancia de la auto-percepción corporal se menciona en múltiples artículos sobre todo periodísticos, o la normativa argentina para la atención a personas transexuales de la República de Argentina.
El proceso de construcción de identidad de género ocurre comúnmente durante la adolescencia y la juventud, en menor medida en la etapa adulta, según las personas encuestadas esto facilita el proceso de adecuación de género y reduce la posibilidad de enfrentar eventos difíciles al realizar cambios radicales en su expresión de género en la etapa adulta.
La falta de oportunidades de estudio son características de la población trans, por su expresión de género o la situación económica precaria en la que se desarrollan, se dificulta la posibilidad de acceder a procesos educativos y poder optar a un empleo. Todas las personas encuestadas refirieron haber sufrido discriminación en el ámbito educativo y rechazo por parte de las autoridades escolares.
Se conoció la dificultad de muchas personas transexuales para acceder a un empleo remunerado, y los múltiples obstáculos que enfrentan para insertarse en el ámbito laboral por su expresión de género, limitándoles a realizar actividades no formales, en muchas ocasiones de riesgo como el trabajo sexual.
La precariedad laboral dentro de la comunidad transexual es una constante, la mayoría de las personas percibe ingresos bajos y menores a los 5,000 lempiras (menor al salario mínimo estipulado en Honduras de aproximadamente 7,000 Lempiras desde el 2014).
Todas las personas encuestadas refirieron que el estigma y la discriminación genera dificultades al momento de acceder a un empleo, siendo el flujo de ingresos bajo e irregular, y depende del desarrollo de actividades informales. Estas personas no cuentan con herramientas académicas para poder optar a un empleo debido a su expresión de género, perpetuando así el contexto de exclusión en el que viven, recrudeciendo la situación de violencia, pobreza y otras determinantes características de la comunidad trans, como la discriminación, el rechazo y la falta de oportunidades, apoyo social e información para hacer valer sus derechos.
LISTADO DE LAS PRÁCTICAS O TRATAMIENTOS REFERIDOS
Se pudo registrar prácticas que no son de carácter médico, sin ningún fundamento sobre su eficacia, ni conocimiento de las consecuencias de salud después de su administración resaltando el uso de Aceites de tipo mineral, vegetal y de oliva. El total de las personas encuestadas refirió que se administró estos tratamientos de forma personal, sin ningún apoyo médico.
La mayoría de personas (25%) refirió que la consecuencia de salud que padecían era el aumento de peso, seguido por un 21% que refirió la fatiga crónica, un 20% de las personas refirió impotencia o pérdida de la erección, 12% de las personas refirió dolores de cabeza (cefalea), 10% refirió la trombosis venosa superficial, un 8% refirió otro tipo de consecuencias de salud como el cansancio, 2% refirió el padecimiento de ulceras y otro 2% refirió los grumos o desplazamientos localizados.
Se observa que la totalidad de las encuestadas (13) refirieron padecer alguna forma de consecuencia psicológica durante su proceso de construcción de identidad de género, si bien no existe una relación determinante sobre la administración de un tratamiento, procedimiento médico o no médico y el padecimiento de una patología de salud mental, las personas refirieron que el procedimiento en sí mismo generaba alguna forma de consecuencia de salud mental, y que el proceso podía acentuar o incrementar estas consecuencias en comparación con aquellas personas que no se encuentran en tratamiento.
Todas las personas encuestadas (13) reportaron haber sufrido alguna forma de consecuencia social, así como las consecuencias psicológicas no es determinante establecer una relación sobre el uso de tratamientos, procedimientos o prácticas para construir su identidad de género y sufrir alguna consecuencia social, pero en todos los casos no se descartó que el hecho de enfrentar estas situaciones pudiera relacionarse con la falta de adecuación de género y una dinámica social, afectiva normal, pudiendo encontrar una discordancia en la forma que son percibidas socialmente por la falta de una expresión de género tradicional por parte de la sociedad.
CONCLUSIONES
El total de las personas encuestadas refieren padecer o haber padecido una consecuencia de salud, incluida las psicológicas y sociales producto de las prácticas utilizadas durante su proceso de construcción de identidad de género, siendo estás consecuencias comunes de la dinámica social de las personas transexuales y como algo asumido para alcanzar características físicas femeninas.
La situación socio-económica en la que se desarrollan las personas encuestadas es precaria, existen importantes dificultades en el ámbito laboral y económico. Se refiere que el estigma y la discriminación obliga a las personas trans a realizar trabajos informales remunerados de forma irregular, incluido el trabajo sexual.
La importancia de los procesos formativos en expresión e identidad de género dirigido a personas trans son trascendentales en su proceso de vida, las personas que se asumen como mujer transexual se sienten cómodas y auto-determinadas con la expresión e identidad de género que eligieron construir.
Las prácticas, tratamientos o procedimientos médicos y no médicos utilizados por la comunidad son tradicionalmente transmitidos de voz a voz, siendo la terapia hormonal la práctica más común administrada sin indicación médica o profesional.
Permanece preocupante el desconocimiento en relación a las consecuencias de salud de la automedicación y el uso indiscriminado de terapias hormonales, informadas de persona a persona sin ningún fundamento profesional.
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Fernando Reyes (1984) es Máster en Salud Pública y Odontólogo. Ha tenido estudios y trabajos relacionados a Diversidad Sexual, Género, Salud sexual y Reproductiva, ITS/VIH/SIDA, producción de radio y diseño de publicaciones de contenido social. Desde el 2012, es el responsable del área de Comunicaciones de Médecins Sans Frontières/Médicos Sin Fronteras (MSF) en Honduras. Es el Realizador del video-documental sobre la comunidad transexual en Honduas, En Mis Tacones (2010) y Tegucigalpa y su Frenesí (2011), así como los video-performances Los buenos mueren jóvenes (2012) y Soledades (2013). Ha sido participante de discusiones sobre diversidad sexual y contexto socio-político en Honduras con organizaciones, revistas, Universidades y colectivos en países como Alemania, Austria, Guatemala y Nicaragua. Sus obras documentales han sido proyectadas en múltiples festivales internacionales relacionados al trabajo sexual, la diversidad sexual y el cine independiente de centroamérica.