ANÁLISIS DE NUESTRA ENCUESTA DE ESTA SEMANA.
Intuíamos que este sería el resultado. Vimos como después de las elecciones del pasado 12 de marzo, los medios de comunicación se enfocaron en retratar un partido Liberal en recuperación, con la figura fresca de un candidato que algunos retratan como un outsider de la política. Atrás quedaron —a lo menos visualmente— las figuras desgastadas con el golpe de Estado de 2009. Es de nuestra opinión, en todo caso, que Luis Zelaya, lejos de ser un outsider, es solamente un candidato nuevo que representa al partido más antiguo de Honduras. Junto a él va lo más conservador del Partido Liberal y el respaldo firme de sus principales estructuras y caudillos, algo con lo que no contaría un verdadero outsider.
Aquí nuestro análisis de Luis Zelaya en la nota Luis Zelaya no es un «outsider»
Por otro lado, el PAC, con su figura principal el ingeniero Salvador Nasralla, ha vivido los últimos meses en abierta guerra adentro y afuera de su partido. Cualquiera diría que en cuatro años Salvador Nasralla aprendería a ser más político, pero su carácter confrontativo e impulsivo, y la falta de estructura e ideología del Partido Anticorrupción han mermado su imagen significativamente y le han impedido crear alianzas sólidas con los medios de comunicación.
El PAC surge en 2012 como resultado de la crisis que aún se arrastraba del golpe de Estado y ante el temor de una posible victoria del partido Libre de Manuel Zelaya Rosales. Su propósito, lejos de hacer gobierno, fue a aprovechar la popularidad del presentador de deportes y concursos de belleza para debilitar la candidatura de Xiomara Castro, de cara a las elecciones de 2013. Cuatro años después el Partido Anti Corrupción atraviesa una crisis interna producto, en gran medida, de haberse desviado de su génesis al aliarse con el partido Libre. El segmento de la población que favoreció con su voto a Salvador Nasrrala y sus diputados, si bien rechaza al gobierno nacionalista de Juan Orlando Hernández, rechaza también la forma de hacer política de Manuel Zelaya a quien ven como co-responsable de la crisis que generó el golpe de Estado.
Decidimos medir la aprobación de estos dos candidatos, porque ambos se han vendido como no políticos, con un discurso conservador, anticorrupción y moralista, y su caudal electoral se encuentra en la clase media y alta de las principales urbes del país, principalmente en la costa norte.
El partido Liberal, en aparente recuperación, se encuentra ahora en una mejor posición de la que tenía en 2009 y 2013. Los errores de liderazgo de Manuel Zelaya Rosales (materia para un futuro análisis) han debilitado al partido Libre alejándolo de la posibilidad de alcanzar el poder en las elecciones de noviembre próximo y esa debilidad se ha traducido en el abandono que han hecho aquellos que antes apoyaron la figura de Nasralla, quien al verse abandonado decidió acercarse a Libre con la esperanza de recuperar su candidatura presidencial, logrando precisamente lo contrario.
Aquellos que impulsaron la creación del PAC en 2012 ya no lo necesitan, ahora cuentan con un liberalismo recuperado, más confiable para alianzas y negociaciones, y la imagen segura de un académico de derecha que critica desde una superioridad moral Opus Dei; los medios de comunicación que en las elecciones pasadas ignoraron los desvaríos del Nasralla, hoy le atacan por esos mismos deslices, levantando la imagen de Luis Zelaya como el único contrincante capaz de hacer frente a la candidatura sólida del presidente Hernandez.
Faltan aún mucho para definir cualquier resultado en las elecciones de noviembre. Pero de continuar esta tendencia veremos cómo Luis Zelaya intensifica su trabajo en la zona norte del país, en menoscabo del PAC que no parece capaz de levantar cabeza.
Con un universo de 17,500 participantes en la encuesta, Luis Zelaya se presenta como ganador al obtener el 65.66% de los votos (11,490) frente a Salvador Nasralla que obtuvo el 34.34% de los votos favorables (6,010).