Al tiempo que se cumple una etapa más de la ya oficialmente activada Carta Democrática de la OEA, que culminaría, al final de la jornada en la expulsión de Venezuela del organismo, el gobierno venezolano cierra Caracas para impedir las protestas y bloquear sesión de la Asamblea Nacional.
Nada alentadora la perspectiva de la situación venezolana. Los poderes del Estado han entrado en un abierto enfrentamiento, los diputados de la Asamblea han re programado la sesión para el día de hoy, en donde pretenden destituir a los jueces que la semana pasada pretendieron asumir las competencias del Poder Legislativo.
Mientras la violencia sigue en las calles. La Policía Nacional Bolivariana (PNB) reprimió una masiva marcha de la oposición e impidió la discusión sobre la ruptura del orden constitucional en la Asamblea Nacional.
El gobierno, alertado por la convocatoria de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), cerró o el acceso a Caracas, clausuró varias de las mayores estaciones del metro y obstaculizó la entrada al Palacio Legislativo.
«No impedirán que la Asamblea declare el golpe de Estado e inicie el procedimiento contra los magistrados. Se reconvoca la sesión para mañana», indicó ayer el secretario del Parlamento, José Ignacio Guédez, en su cuenta de Twitter.
Mientras tanto el presidente del TSJ, Maikel Moreno, respondió que la Asamblea Nacional carece de legalidad y legitimidad para remover a los magistrados, ya que se encuentra en desacato.
El Ejecutivo convocó ayer a su propia marcha oficialista. Jorge Rodríguez, alcalde del municipio Libertador, afirmó frente a los partidarios del presidente Maduro. “Estas son las calles de Chávez, las calles del pueblo. No les vamos a permitir que insistan con la violencia y la traición”.
Al tratar de dirigirse hacia la sede legislativa por otra vía, los opositores fueron blanco de disparos por parte de los “colectivos”, como se conoce a los grupos armados que apoyan al presidente Maduro. Una persona resultó herida de bala y al menos trece fueron detenidas. Decenas de manifestantes y varios periodistas sufrieron golpes por parte de la policía.
La Carta Democrática Interamericana, activada en la víspera en la ciudad de Washington DC, insta al gobierno de Venezuela a que normalice la situación. Ahora sigue una etapa en la que prima fundamentalmente la diplomacia. Si eventualmente la situación en Venezuela no se normaliza, vendrá una segunda fase que requerirá que el Consejo Permanente apruebe, con mayoría de 2/3 partes, una Asamblea especial de la OEA en la que participen los cancilleres de todos los Estados, y en la que se deberá evaluar una vez más el caso y decidir alguna de las opciones establecidas en la Carta Democrática, una de ellas: la suspensión.
Por ahora el gobierno de Maduro ha decretado vacaciones de Semana Santa para todos los empleados públicos a partir del próximo lunes, una medida que busca calmar las tensiones y ganar tiempo.