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Ese viernes salimos por la mañana a primera hora, había un reten en la Villa Nueva, luego otro en el Ojo de Agua y otro antes de llegar a Jacaleapa, y otro que estaba en Danlí, hasta ahí no hubo problema, solo nos registraron, vieron el vehículo y nada más, en ningún momento se nos detuvo cuando llegamos a lo que ahora llamamos Alauca.
En las primeras trasmisiones hablamos de Alauca porque no estábamos seguros de que estábamos en la ciudad de El Paraíso, al llegar ahí fue la primera transmisión y se nos dijo que no podíamos seguir más adelante. Habían obstáculos que eran descargas de material, arena, graba, volquetadas para obstruir la circulación.
Ahí estaba a cargo el coronel Castillo, un hombre fornido de mediana edad y un sub comisario de apellido Morazán, blanco, canoso, bastante alto. Empezamos a discutir para pasar por el reten como prensa y llegamos a un acuerdo, que íbamos a pasar unos pocos, de los cuales pasó el compañero Luis Galdámez y Marvin Ortíz. Esa fue la primera transmisión que hicimos, cuando se dijo que estábamos en Alauca. Quizá habían en ese momento, solo unas 200 o 300 personas.
A las once de la mañana fue el primer choque, la gente prendió una hoguera, después de una confrontación que hubo con los cuerpos policiales retrocedió la policía como diez metros, pero después fue reforzado con militares. A la una de la tarde de ese día la gente empezó a hacer uso de las cercas que estaban ahí para mantener vivas las llamas de la fogata que habían encendido. Recuerdo que llovió pero después volvió el sol y después se mantuvo nublado pero se sentía la calor.
Hubo un problema con el vehículo de la Cruz Roja que transportó las bombas lacrimógenas para fortalecer a la policía. Yo lo vi, no me lo contaron, quien diga lo contrario miente.
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Pedro Magdiel era de la colonia San Francisco, del sector que le llaman el Retiro, él fue convocado por Luis Cerna, un líder Liberal en aquel tiempo que apoyaba a Mel Zelaya.
Luis Cerna es un dirigente de patronato de la colonia altos de San Francisco que colinda con el barrio el Retiro de la colonia San Francisco, también de donde vivía Pedro Magdiel.
Pedro era un joven con dos hermanos y nos vimos precisamente con él, el día que salimos para El Paraíso. Él se fue en una paila. Pedro Magdiel era un muchacho no politizado, él lo único que tenía era que estaba en contra del golpe de Estado.
A Luis Cerna le tocó llevarlo.
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Yo vi a Pedro Magdiel primero en la fogata. Más tarde, buscando taparme del sol, me puse abajo de un árbol que estaba a unos 100 o 150 metros del grupo, cuando llegó un policía y dijo a un hombre que estaba allí que aquel joven (Pedro Magdiel) estaba fumando marihuana, pero a la distancia no sé cómo podía el verificar qué estaba fumando, era difícil incluso.
Yo estaba ahí y vi al militar cuando dijo que lo iban a capturar y alguien del montón de la gente que estaba ahí aceptó sin poner ningún tipo de oposición. «Llévense a ese mafufo», dijo. Vi cuando dos policías trajeron al muchacho sin ningún tipo de resistencia y lo metieron a la posta. Me acerque a la ventana de la posta y el joven estaba ahí, sentado. Eran ya como a las tres de la tarde.
Uno de periodista estaba pendiente no solo del muchacho que habían capturado sino de cualquier tumulto, de cualquier movimiento que hacia la policía. Recuerdo que habían camiones que estaban cruzando no por esa calle si no por otro sector que iban rodeando y que iban hacia la frontera después de eso se dio el caso como a eso de las cuatro y cinco de la tarde el presidente Zelaya intentó cruzar la frontera, cuando levanto la cadena y todo eso hizo que se nos olvidara Pedro Magdiel. A todos se nos olvidó. La atención estaba en que iban a capturar al presidente Zelaya.
La gente empezó a desbordarse, a buscar por donde irse ya no solo la carretera si no que empezó a dejar el lugar para reunirse con el presidente Zelaya y llegó la noche.
Recuerdo que por la noche llegó Berta Cáceres y Mirian Miranda con los compañeros garífunas. Habían caminado toda el día por la montaña para ir a la frontera.
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Al siguiente día llegué a las siete y media, y la gente ya estaba alarmada en la calle de que había un muerto. Como periodista se me hacía difícil pensar que hubiera un muerto en una zona donde tenía el control el ejército y la policía. Pero no solo el ejército estaba con armas, habían también civiles armados que patrullaban en rechazo de los manifestantes. Ni siquiera me acuerdo quien fue el que me llevo al cadáver, no sabía quién era el joven delgado de piel trigueña pero clara, casi blanco, lo que yo puedo recordar es que si tenía una herida en la frente y otra en el lado izquierdo, en el cuello, que se le miraba lo blanco de la cortada y tenía una en el brazo, es lo que yo le vi, solo que la del brazo era la más larga, eran cortadas de aproximadamente tres, cuatro centímetros las que yo vi.
Si hubiese habido una organización de parte de los manifestantes, pues alguien hubiera recordado de que el joven había sido capturado y que la policía así como lo vino a decir que se le iba a capturar no se lo entrego a nadie.
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Desgraciadamente no hubo ningún apoyo a la familia, ni siquiera los visitaron. Hubo poca solidaridad. A mi me tocó dar unas ayudas pequeñas a la familia porque del sector de la Resistencia, de la coordinación, nadie lo visitó, nadie le dio solidaridad ni nada. Solo quedo como mártir para fines propagandísticos, pero de ahí mucha gente ni conoce todavía de donde salió Pedro Magdiel.
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Pedro Magdiel murió aproximadamente a las cuatro de la mañana. Fue golpeado salvajemente y asesinado de 46 puñaladas: en la espalda, el rostro, el cuello y la cabeza. Había sido detenido el día anterior en horas de la tarde por la policía, la policía afirma que luego lo liberó. No hay forma de probarlo. Cuando la fiscalía estaba haciendo el levantamiento del cadáver, dos cosas sacaron de sus bolsillos que me llamaron la atención: una constancia de la Asociación Cristiana de Jóvenes, por haber participado en una capacitación para la solución pacífica de los conflictos, y un dibujo infantil hecho por su hija de siete años, donde ambos estaban encerrados en un enorme corazón rojo.
Texto construido con las entrevistas al periodista Carlos Paz y el exdiputado Marvin Ponce. Audio del hermano menor de Pedro Magdiel Muñoz.