Tegucigalpa. “Ud. fuma… la gente que fuma tiene los ojos amarillos”, -¿cómo te llamas?-, “Michel”, -¿vas a la escuela?-, “no, tengo que trabajar, cómpreme este grillito (hecho con hojas)”, -¿Cuánto cuesta?-, “diez lempiras, apúrese que va a cambiar el semáforo”.
Michel es una pintura que nos hemos acostumbrado a ver en la ciudad que crecen con nosotros todos los días, hace piruetas, tira fuego, vende grillos hechos de hojas y lo más importante no tiene acceso a la educación, todos la han visto y nadie ha hecho nada.
Los analistas discuten la responsabilidad, entre los gobiernos, la sociedad indiferente que no se inmuta frente un niño o la sangre, las elegancias refinadas en los hoteles de las ONG o la caritativa empresa privada y su lenta “Responsabilidad Social”, la niñez vaga descalza en las calles.
El país tiene 2.7 millones de ciudadanos en edades que oscilan entre los 5 y 17 años, lo que significa el 34 por ciento de la población, sin duda una sociedad que está conformada por jóvenes, sin embargo, son los más desatendidos y olvidados por los gobiernos, aunque en apariencia se legisle a su favor.
Según la encuesta poblacional del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en el 2016, casi medio millón de niños y niñas en todo Honduras, no tuvieron la oportunidad de acceder al sistema de educación; adicionalmente la Secretaria de Salud registra que el 25 por ciento de los embarazos corresponden a niñas entre las edades de 12 y 18 años.
Entre octubre de 2016 y junio de 2017, fueron detenidos en la frontera sur de Estados Unidos, más de 6,500 niños y adolescentes procedentes de Honduras, en sus declaraciones afirmaban que buscaban encontrase con sus padres en ese país del norte, desplazados por hambre e inseguridad que abate los barrios y sobre todo el área rural.
Según el premio WOLA, Guadalupe Ruelas, existen más de 25 leyes directamente relacionadas con el bienestar de la niñez a nivel legislativo y más de 16 políticas públicas, desde esta perspectiva el problema está resuelto. “El artículo 21 de la “ley especial de educación”, establece que la formación preescolar, prebásica, básica y secundaria es gratuita, obligatoria y universal, significa que el Estado está obligado a brindar esa educación; cuando Ud. Está pagando impuestos está pagando por la educación de todos los niños, no para que a un niño le regalen una beca y hagan publicidad.”
Argumenta Ruela, que Honduras sufre un proceso de desligarse de las responsabilidades, que ha incrementado en este momento, el Estado ha cedido sus obligaciones nacionales, en instancias que no fueron creadas para asumir la tarea nacional de educar, sino para apoyar las iniciativas gubernamentales. “Aunque suene absurdo el gobierno no tiene políticas sociales, lo que encontramos son programas de filantropía, limosna gubernamental, es decir en lugar de educar a todos los niños, agarran dos o tres y les regalan una beca, en lugar de dar tierras para el cultivo se regala una bolsa de comida, cuando un campesino exige tierra es golpeado y destruyen ¡lo absurdo! un gobierno destruyendo sembradillos de maíz, café, palma, banano”.
“No debería de haber un niño sin ir a la escuela, ni siquiera los uniformes son obligatorios, es responsabilidad del Estado, según el INE, fuera del sistema segundario esta casi el 70 por cierto de los adolescentes, estamos acostumbrados a ver a los jóvenes que van al colegio, pero no estamos viendo los que no van que son la mayoría; de cada cien adolecentes solo hay cupo para 31 ¿Dónde están los restantes 69?”, argumentó.
El director de Casa Alianza afirma que hay violencia porque hay pobreza, no pobreza porque haya violencia. “Nos quieren hacer creer que los pobres son violentos, la pobreza es violentar el derecho de la gentes”.
En Honduras hay aproximadamente 15 mil niños viviendo en la calle, sin protección, comida o salud. El presidente de la Red Coiproden Wilmer Vásquez menciona que, el problema de la niñez en el país no es problema de legislación, entendimiento ni siquiera falta de presupuesto, sino por ausencia de voluntad política.
“Mientras a los niños y niñas no se les inaugure o se les corte con una cinta y mientras no puedan votar, no van a ser prioridad, por el contrario van a seguir siendo un sector históricamente vulneravilizado por un sistema corrupto y violador de derechos humanos”.
Mañana Michel seguirá en las calles, dando vueltas en el pavimento o lanzando fuego, hasta que un día no estará parara frente al semáforo; quizá este camino hacia la ruta del migrante o haya crecido tanto que no generé lastima en los conductores, vendida a la prostitución, embarazada o muerta. La sociedad también es responsable de lo que pasa con su niñez.
Por JS.