En un abierto desafío a la política anti imigrante de Donal Trump, California se convirtió a partir del jueves en el primer «Estado Santuario» para inmigrantes sin papeles en Estados Unidos.
El gobernador demócrata de California, Jerry Brown, sancionó el jueves la norma SB54, que otorga mayor protección a los inmigrantes ilegales, incluso a los que cometieron delitos, al limitar la cooperación de la policía local con las autoridades de inmigración federales en los operativos para capturar indocumentados.
El texto, que entra en vigor a partir del 1 de enero de 2018 y forma parte de un paquete de leyes que protegen a los casi tres millones de indocumentados que viven en California, la mayoría de México y Centroamérica.
Brown firmó la medida advirtiendo que «no impide ni prohíbe» al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE en inglés, popularmente conocido como «la migra») «hacer su trabajo de ninguna manera» pero «prohíbe a oficiales locales hacer el trabajo de agentes de migración».
El gobernador Brown aclaró además que la nueva medida no prohíbe el acceso del ICE a las cárceles.
El gobierno de Trum, sin embargo, cuestionó la decisión por considerar que perjudicará la seguridad pública y atraerá más indocumentados, según informa la cadena AFP.
Por su parte, el ICE advirtió que probablemente enviará a los detenidos en California a prisiones fuera del estado, «lejos de cualquier familiar que puedan tener» en ese estado.
Varias ciudades de California -como Los Ángeles y San Francisco- ya habían prohibido a sus policías colaborar con el ICE en operativos para capturar indocumentados.
El paquete de leyes sancionado por Brown incluye además asistencia a estudiantes y abusos contra inquilinos.