Organizaciones de sociedad civil, empresarios y público en general consideran que el principal responsable por las protestas y los actos vandálicos que se han producido en el país es el Tribunal Supremo Electoral (TSE), por la lentitud en el proceso de escrutinio en las actuales elecciones, aunque también señalan a los dos candidatos presidenciales que se mantienen en disputa.
De forma inédita desde que se volvió a la vida constitucional del país en 1982, nunca se había tardado tanto conocer al ganador del proceso electoral, cuando usualmente se presenta un ganador a través de una “tendencia irreversible” en horas de la noche del mismo domingo, hoy se cumplen siete días sin dilucidar quién es el ganador de las elecciones.
Como un vaticinio de lo que podía ocurrir la Mesa Nacional de los Derechos Humanos denunció desde el pasado miércoles que la “crisis política” es culpa del TSE, que de manera irresponsable han estado presentando informes parciales y los responsabiliza a ellos y al presidente Juan Orlando Hernández de cualquier situación que suceda.
“En esta situación, el actual presidente tiene la intención de arreglarla por medio de negociaciones o represión, sin importar el costo humano que pueda tener, ya que quieren implementar un gobierno en contra de la voluntad de Honduras”, expresaron en la Mesa Nacional de los Derechos Humanos a través de un comunicado.
En la misma forma se manifestó ayer la Coalición de Observación No Partidaria (N-26), al decir en su comunicado número cuatro “tal como advertimos en las alertas que emitimos desde que se abrió la campaña política, un proceso electoral mal gestionado y cargado de discursos de odio, desembocaría en sucesos violentos como los que hoy estamos viviendo”.
Pero además de culpar al TSE agregan responsabilidad a los dos candidatos en pugna por la presidencia “si bien es cierto que la lentitud del Tribunal Supremo Electoral (TSE) ha sido el detonante de este descontrolado escenario, los dos candidatos presidenciales que se disputan la primera magistratura del país, comparten esta responsabilidad por haberse declarado como ganadores anticipadamente, llamado a sus partidarios a defender en la calle el gane, incitando a la violencia, al enfrentamiento y poner en precario el bien y el derecho más preciado: el derecho a la vida”.
De la misma forma la Pastoral Social Cáritas de Honduras lanzó la responsabilidad a los presidenciables por declararse ganadores de forma muy temprana “los partidos Nacional y Alianza, al lanzar a la población a defender los votos en las calles, están incitando a la violencia, al enfrentamiento entre ciudadanos, a la profundización de la división entre la población, haciendo cada día más lejana la integración de la sociedad y la recuperación de la gobernabilidad. Recordemos “Quien siembra vientos cosecha tempestades» (Oseas 8,7)”.
Pedro Barquero, director de la Cámara de Comercio de Cortés lamentó los actos vandálicos que se han producido y detalló que se han perdido unos 1500 millones de lempiras en promedio, solamente ayer.
Barquero considera que se debe de buscar una salida rápida al conflicto y respalda la solicitud de Nasralla para una revisión detallada de los votos “la solicitud de la Alianza de que se someta a escrutinio especial las cinco mil actas es totalmente razonable. La crisis inicia por qué los hondureños no confían en el TSE”.
LENTITUD EN LOS RESULTADOS
Una de las luchas preelectorales se dio cuando el Partido Liberal y la Alianza en Oposición denunciaron que la empresa encargada de transmitir datos Mapa Soluciones no era fiable para realizar esta labor, por lo que fue descartada.
Theodore Dale, gerente de Dale Vucanonich y Asica, empresa encargada de la transmisión de datos de este proceso, expresó la semana anterior que “tal y como lo han probado en los simulacros electorales, en tres horas y media el TSE podrá tener los resultados electorales del nivel presidencial si las 18,128 actas de cierre son enviadas de manera inmediata”.
De la misma forma expresó que “los primeros resultados oficiales que marcan una tendencia a nivel presidencial serán dados a la nación aproximadamente a las ocho de la noche del domingo”.
Pero esto no sucedió así y el primer boletín electoral del TSE fue entregado a la población el lunes por la madrugada, a eso de las 2 am, unas 8 horas después del cierre de las urnas electorales a las cuatro pm.
“Los resultados que tenemos hasta el momento son los siguientes: Salvador Alejandro Cesar Nasralla por la Alianza un total de 855, 847 votos que representan un 45.17 por ciento, Juan Orlando Hernández Alvarado, del Partido Nacional de Honduras 761,872 votos que representan un 40.21 por ciento, con un 43 por ciento de maletas escrutadas”, expresó David Matamoros Batson, presidente del TSE.
Las suspicacias al TSE, por lo menos en este proceso, comienzan cuando cierran los centros de votación a las cuatro de la tarde, cuando por lo general se hace una ampliación hasta las cinco, y en otras ocasiones incluso hasta las seis.
Luego, al finalmente entregar los primeros resultados, Matamoros enfatiza que la diferencia es muy poca entre ambos candidatos (93975 votos), por lo que no determina quien es el ganador del proceso, dejando en ascuas al país entero.
En el proceso electoral de 2013, cuando Matamoros también era presidente del TSE, a eso de las ocho de la noche y con 42 por ciento de datos ingresados declaró que aventajaba Juan Orlando Hernández del Partido Nacional con un 34.15 por ciento, mientras que Xiomara Castro de Libertad y Refundación tenía un 28.36 por ciento.
En su segundo boletín, Matamoros con un 67.75 por ciento de actas escrutadas detalló un “resultado contundente y con una tendencia irreversible de 623,080 Libertad y Refundación obtiene un 28.92 por ciento y el Partido Nacional 734,357 equivalentes a 34.08 por ciento, estas tendencias, según los cálculos no han variado, por lo que los porcentajes definitivos no han variado ”, una diferencia de 111,277 votos.
Esta incertidumbre hizo que miles de simpatizantes de la Alianza salieran a protestar masivamente al menos en 21 ciudades en toda Honduras haciendo tomas de carreteras y culminando en saqueos en negocios en Tegucigalpa, San Pedro Sula, El Progreso y La Ceiba.
