REDES SOCIALES: EL APARATO IDEOLÓGICO EN DISPUTA

EGO25 agosto, 2018

Por Gilberto Ríos

Es importante comenzar aclarando que el concepto de “Aparato Ideológico” se refiere a toda aquella maquinaria utilizada para el control del pensamiento de las masas y data de cientos de años. La reflexión siguiente es solamente una adaptación de esas ideas a las nuevas tecnologías de información y comunicaciones desde una perspectiva de un aficionado y más bien haciendo algunos énfasis por la necesidad de una “militancia” más efectiva en el uso de estos medios de comunicación alternativos.

Me viene a la memoria una participación que tuve en Sao Paolo, Brasil, en los meses posteriores al golpe de estado. Se realizaba un congreso nacional de un partido político de izquierda y nos habían invitado justamente para denunciar lo que ocurría en Honduras. En un momento de mi intervención mencioné la concentración en pocas manos –unas cuantas familias – de los grandes medios de comunicación en mi país, al mismo tiempo alguien se acercó por atrás para susurrarme al oído: “acá es igual”.

Haciendo revisión de lo que llamamos el Modelo Oligárquico, es decir, la nueva etapa de concentración del capital en pocas manos -que es una forma agudizada de la contradicción Capital / Trabajo-, encontramos que a lo largo y ancho de nuestro continente, no solo los medios de producción están en pocas manos, los medios de comunicación masivos se encuentran en esas mismas manos y obviamente reproducen las ideas que le son necesarias para mantener el régimen de explotación, corrupción y violencia que les genera tantas ganancias.

Otro detalle importante de este modelo oligopólico de la comunicación, es la sincronía con las agendas mediáticas internacionales, que son a su vez representantes del gran capital trasnacional. Lo vemos en los noticieros televisivos, prensa escrita, programas radiales y redes sociales en manos de los medios corporativos, que reproducen pautas editoriales sobre la coyuntura internacional, obviamente favorables siempre a los intereses de los mismos sectores mencionados.

El micrófono, la cátedra y el púlpito…

Lo mismo ocurre en la educación formal y en las iglesias, parte importante del Aparato en mención,  que se dedican a adormecer la conciencia de los estudiantes y su feligresía respectivamente, con honrosas excepciones por supuesto. El discurso es repetido hasta lograr el consenso de las ideas convenientes sobre la realidad concreta que vive la población. A esto Marx por cierto le llamaba la “conciencia metamorfoseada” de la realidad, es decir, el increíble fenómeno de vivir una realidad pero interpretarla desde un punto de vista conveniente al enemigo; en el caso que nos ocupa, es ver de manera positiva la crisis y culpar de los efectos negativos de ella a los opositores, por poner un ejemplo.

Justamente el deber de la oposición política es entonces desmantelar el patrón de pensamiento conservador y útil a la oligarquía, interpretando la realidad con una conciencia diferente, eminentemente liberadora y logrando difundir estas ideas por todos los medios posibles. Esta nueva conciencia de la realidad es generada por especialistas en temas específicos que logran desenmarañar ese tejido ficticio, pero también es descubierto, creado o recreado por el debate y el pensamiento colectivo, para lo cual la organización popular es fundamental.

Es ahí donde se vuelve necesaria la “militancia” también en los medios alternativos de comunicación, indudablemente un aspecto muy sensible en Honduras, país en que se han asesinado más de 70 periodistas, comunicadores sociales y trabajadores de medios de comunicación desde el 2009 a la fecha, justamente después del golpe de estado militar, lo que evidencia la necesidad de la oligarquía de mantener un control férreo de las ideas.

Afortunadamente en nuestra patria, ha habido esfuerzos verdaderamente heroicos por mantener voces alternativas e independientes, que han luchado contra el marginamiento de la pauta publicitaria oficialista y corporativa, así como contra las amenazas a muerte, el cierre del medio y otras formas variadas de persecución y amedrentamiento. Este tipo de periodismo ha mantenido un mercado cautivo de lectores que buscan la verdad, la perspectiva crítica y la interpretación no oficial de los fenómenos políticos y sociales.

Lo mismo ocurre ahora en las Redes Sociales, llamadas también el Quinto Poder, por su proximidad al pensamiento de inmensas mayorías que han logrado vencer importantes batallas contra la hegemonía mediática de las élites. Esta participación adquiere primordial importancia por la crisis de gobernabilidad que atraviesa el régimen en Honduras, así como también por el evidente deterioro del sistema capitalista y su modelo neoliberal.

Las denuncias permanentes de los usuarios de Redes Sociales, sumadas a la denuncia sistemática que podría significar la “militancia” en estos medios y la participación organizada en ellos, aportarían grandes avances en la conciencia del pueblo sobre sus verdaderos verdugos y enemigos. Esta reflexión ha tenido esa motivación, en el sentido de volver la vista a nuestros móviles, computadoras personales, conexiones de red y cuentas en redes sociales, para verlos como poderosas armas de un nuevo Aparato Ideológico Popular que es preciso utilizar como una herramienta más para nuestra liberación. Sin que esto pretenda extenderle credenciales a las redes que no le corresponden. Aclaro: en las redes nos informamos y nos quejamos, en el barrio, centro de estudio o trabajo nos organizamos y en las calles protestamos. 

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