Por Óscar Esquivel
La acumulación de pobreza y de miseria va alcanzando cifras nunca antes vistas en nuestra historia “republicana”: 68% de pobreza y 44% de miseria según datos del INE. Este número se traduce en altas tasas de desempleo, falta de alimentación, salud, educación, e inseguridad. Todas estas problemáticas se han manifestado de diferentes formas en la sociedad hondureña, y han trascendido las fronteras en los últimos años con la migración de compatriotas, que ha resultado en la separación de niños de sus padres y puestos en jaulas. Ya en la última semana, el éxodo masivo de compatriotas ha llamado la atención de la comunidad internacional.
La causa de la migración masiva es de todos conocida e ignorada (al menos eso pretenden) por los tomadores de decisiones en el país, y a nivel internacional por el gobierno de Estados Unidos, responsables directos de la crisis en el país. El gobierno pretende justificar su incapacidad alegando que es la oposición política la que ha motivado el éxodo masivo de compatriotas. Esta justificación parece ser sacada de los cabellos aunque es respaldada por el gobierno estadounidense, que habla en los mismos términos. Éste es un argumento vulgar y ofensivo a toda lógica. Se evidencia que las partes mencionadas no están interesadas en solventar la problemática nacional. ¿A dónde quieren llevar a este pueblo? ¿Qué se tiene que hacer para que entiendan que este pueblo noble se está cansando de ser abusado? Parece ser imposible conmoverlos, según sus argumentos absurdos.
Nuestros migrantes han tocado las fronteras estadounidenses. Según palabras de Mike Pence, estas personas que huyen por necesidad muestran desprecio por sus fronteras y soberanía. ¿Acaso la política exterior de Estados Unidos ha respetado las nuestras? ¿Qué hay de las bases militares que se mantienen en nuestro territorio, donde se almacenan grandes reservas de combustible y otros elementos sin revelar a ciencia cierta su naturaleza? ¿Qué de la descarada intervención en asuntos internos de nuestro país? ¡Asuman su responsabilidad y paguen por ella! La realidad cada día se va volviendo tan asfixiante que hoy se manifiesta en éxodo masivo. ¿Y mañana como se reflejará? ¿Creen que, desde los mejores hoteles, donde juegan a ser dioses, puedan seguir controlando a “los nadie”? Siguen creyendo que los cálculos políticos podrán detener a los «chuñas». ¡Creen que los falsos líderes políticos seguirán sirviéndoles de agentes retenedores para que esa masa inconforme no se rebele!
El éxodo masivo de compatriotas los agarró con los pantalones abajo; tanto al gobierno como a la oposición política y al gobierno estadounidense. Cierren los ojos y no vean esta realidad que ustedes han provocado. ¿Qué harán cuando invadan las casas que llaman hogar, donde habitan gozando de la paz de los sepulcros? ¿Cuando sus hijos no puedan asistir a las escuelas bilingües porque «los nadie» reclamen igual trato para los suyos? Evadan esta realidad que no creen suya. Ignórenla si quieren seguir creyendo que están seguros en los bancos y que los supermercados guardan sus alimentos.
