CRÓNICA PARLAMENTARIA
Apenas unos veinte minutos sesionaron nuestros honorables padres de la patria, debido al estallido de protestas que generó la abrupta aprobación de los decretos de reestructuración de salud y educación. No obstante, a pesar de todas las declaraciones, consignas y tweets, el breve espacio que los diputados de todas las bancadas compartieron en el hemiciclo para poder aprobar el acta de la semana anterior se caracterizó por amplias sonrisas de camaradería interpartidaria.
Aunque la sesión estaba programada para reanudarse el lunes 29 de Abril, las protestas que los sectores de salud y educación convocaron –a las que luego se unieron los estudiantes universitarios y partidos políticos– impidieron que varios diputados llegaran desde sus departamentos a la capital, por lo que la sesión fue suspendida. En las calles aledañas al Congreso Nacional, entre tanto, enfrentamientos entre policías y manifestantes recrudecían, mientras varios edificios históricos de la ciudad ardían por las llamas de la furia colectiva. Políticos de todos los colores intercambiaban dimes y diretes en las redes sociales. Los miembros de la bancada de Libertad y Refundación que se presentaron al Congreso Nacional, a pesar de la suspensión anunciada, hicieron uso de la oportunidad para sostener un mitin político, donde las figuras que sobresalieron fueron los ausentes del jueves anterior. Entre el fuego y el gas, el crepúsculo llegó finalmente al centro histórico, y con él un breve hiato de paz hasta el día siguiente.
El martes, entre la incertidumbre y las movilizaciones de los diferentes sectores, el presidente del Congreso Nacional, Mauricio Oliva, encabezó a las diez de la mañana una concisa conferencia de prensa con todos los jefes de bancada del legislativo –con la excepción de Carlos Zelaya, vocero de la bancada del partido Libertad y Refundación– donde leyó un comunicado en el que se comprometía a eliminar del acta los decretos de salud y educación aprobados de manera atípica el jueves, y a archivar los dictámenes para que no pudieran ser discutidos nuevamente.
Sin embargo, dado que el lunes anterior Oliva había puesto en suspensión los proyectos de ley que milagrosamente reaparecieron en el pleno el jueves anterior y fueron aprobados a matacaballo, los trabajadores de educación y salud, acompañados por estudiantes universitarios, continuaron desplazándose rumbo al centro de Tegucigalpa, donde ya los esperaban cuadrillas de policías nacionales y municipales que resguardaban el ya vencido edificio del cabildo y el hemiciclo.
Dentro de la cámara, no obstante, todo parecía estar en calma, y más bien una leve euforia parecía recorrer a los legisladores. La expectativa, sin embargo, se vio empañada por un altercado entre los diputados de Libertad y Refundación Francisco Paz y Andrés Castro, a quienes policías que resguardaban el Congreso Nacional les exigieron sus identificaciones para poder hacer ingreso a las instalaciones. A falta de las mismas y tras un intercambio agresivo, los diputados fueron detenidos. Algunos compañeros de bancada de Paz y Castro se acercaron tanto al Secretario Tomás Zambrano como a los medios de comunicación para dar a conocer lo ocurrido, pero la mayoría de los diputados se enfocaba en cordiales tertulias, transmisiones en vivo vía redes sociales, o la ya tradicional «selfie».
Luego de varios minutos de conversaciones cautivadoras, el presidente del Congreso Nacional, Mauricio Oliva, hizo su ingreso a la cámara legislativa desde el rincón izquierdo del hemiciclo, de donde, luego de una pausa prudencial, emergió también el diputado y precandidato presidencial de Libertad y Refundación Jorge Cálix Espinal. Oliva hizo gala de sus buenas relaciones con sus compañeros legisladores, que recibían sus saludos halagados. Después de varias ruedas donde el presidente del Congreso Nacional entre sonrisas departía con varios diputados de la oposición, la junta directiva ocupó sus curules y el secretario Tomás Zambrano confirmó que había quórum.
Mauricio Oliva entonces golpeó la campana y declaró abierta la sesión. Tras los actos religiosos protocolarios, el prosecretario Renán Inestroza procedió a leer en su totalidad el acta número seis, incluyendo los decretos aprobados de salud y educación. Varios diputados de oposición transmitían en vivo para su redes sociales. Una vez leída el acta, Oliva tomó la palabra para someter una moción de reconsideración que eliminaba el punto número dieciséis del acta, que contenía los decretos en cuestión. Los 116 diputados que se encontraban presentes votaron por unanimidad para aprobar la moción de Oliva. Eliminados los decretos, los diputados votaron para aprobar el acta completa, y después la sesión se cerró y se convocó para la próxima semana.
Terminada la sesión, la bancada de Libertad y Refundación estalló en gritos de celebración y júbilo, arrogándose la victoria por la eliminación de los decretos. Fotografías, consignas, abrazos y sonrisas eran compartidos entre la oposición. Afuera, no obstante, los manifestantes desconocían las buenas nuevas y el enfrentamiento recrudecía una vez más, donde el intercambio era de piedras y gas lacrimógeno. A ver qué nos depara la próxima semana.
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