“Me lo dejaron dormir en la calle, nos amenazaron que no iba a pasar y llamé a la policía y no hicieron nada. Desde ayer les he pedido que me lo dejaran pasar y los dos íbamos a estar en cuarentena y me lo dejaron aguantar hambre…”.
Fueron las declaraciones, entre lágrimas, de la madre del menor que fue obligado por pobladores de la comunidad El Portillo, en el municipio de Olanchito, departamento de Yoro a quedar a la intemperie por temor a que en su comunidad existan casos de COVID-19.
Los pobladores obligaron al niño de tan solo cuatro años a no entrar a su comunidad ya que aseguraban estaba contagiado con COVID-19, la madre llevaba nueve días de cuarentena obligatoria por los mismos pobladores ya que estos venían legando de otra comunidad.
“El niño lo tenía la abuela y ella se enfermó de un dolor de espalda, entonces un sacerdote lo vino a dejar. El niño no ha comido, tuvimos que venirle a dejar cameras y almohadas y los que cuidan la entrada a la comunidad se pelearon con nosotros”. Manifestó una mujer que acudió en defensa del niño.
Cuando algunos vecinos de la comunidad se dieron cuenta de lo que sucedía en la entrada del pueblo, fueron a hacer presión para que dejaran entran al menos y poder estar en cuarentena junto a su madre, por lo que estos al ver la situación finalmente aceptaron.
“Estamos preocupadas tenemos nuestra familia en nuestros hogares estamos trabajando turnos de 12 horas pude sacar a mi familia de la casa para no contaminarlos mis vecinos me ven llegar y cierran sus puertas porque tiene miedo me siento mal, atropellada es una carrera noble y la elegimos para servir”.
Fueron las declaraciones de Leonor Sánchez, enfermera auxiliar de la clínica de emergencia ubicada en el Hato de En medio, donde su rostro cubierto en su mayoría por una mascarilla que la protegiera del coronavirus expresaba tristeza y temor.
En el departamento de Yoro, específicamente en la comunidad de El Carril, el poblador José Orellana uno de los encargados de vigilar que nadie entre o salga de esta comunidad detalla que algunas personas están en contra de esas acciones, pero ellos seguirán con las mismas.
“Estamos tratando de proteger la aldea, no dejamos entrar gente de otras aldeas, hay ciertas personas de la misma aldea que rechazan y han tomado a mal lo que estamos haciendo. Nosotros tratamos de tomar nuestras medidas por eso hemos cerrado la aldea. Vamos estar en la lucha hasta que Dios decida”. Dijo, Orellana.
Son varias las comunidades, pueblos, colonias, ciudades, etc. Que han actuado tomando medidas para frenar la llegada del coronavirus a sus lugares de residencia, pero el temor que ha generado la enfermedad ha hecho que muchas personas cometan actos discriminatorios o denigrantes contra otras.
Para el pastor evangélico, Jorge Montoya, esta pandemia debe ser una oportunidad para mejorar nuestras actitudes contra los demás y comenzar a practicar la empatía.
“Este tiempo de pandemia debe servir para hacernos mejores personas, debemos de practicar la empatía como el valor primordial para hacerle frente a los problemas venideros. Si no aprendemos la lección con esta situación entonces no lo haremos nunca”.
También, Montoya pidió a las personas evitar discriminar o atentar contra la dignidad dejando a un lado el temor o el miedo que ha generado esta pandemia
“Reconocemos que existe un temor, miedo a poder enfermarse y morir, es obvio que este temor provoque reacciones de autoprotección, pero eso no da lugar a ver de menos a las personas que se han contagiado o aquellos que luchan contra la enfermedad, debemos de dejar a un lado este temor y creer que las cosas mejorarás”.
Finalmente, Montoya pidió a las personas ser mejores personas poniendo la necesidad de las otras personas como propias.
“Es la oportunidad para ser mejores seres humanos, cambiar nuestras costumbres de solo darle prioridad a lo nuestro. Seamos amorosos con el que no tiene, demos la mano a quien la necesita y tratemos de ser mejores personas que al final eso es lo que importa”.
