El Centro de Estudios Para la Democracia (Cespad) desarrolló el foro “Militares y pandemia en medio de un país sin garantías constitucionales” donde expertos analizaron el papel de la militarización desarrollada por las diferentes fuerzas de seguridad del Estado en medio de la pandemia del Covid-19.
El sociólogo Eugenio Sosa explicó que el país ha sido sometido sistemáticamente a un proceso de militarización desde el momento que el mismo gobierno ha promovido el incremento de efectivos militares e invertido de manera desmedida en la compra de armamento reduciendo el presupuesto en temas prioritarios como ser la salud y educación.
“La militarización la podemos definir como la ocupación, invasión o toma de espacios de militares en campos que están destinados para ser gobernados y dirigidos por civiles o políticos. Cuando hay un crecimiento desmedido de armamento y efectivos significa un grado de militarización, otro elemento que afecta de manera más directa es el crecimiento desmedido de los presupuestos de seguridad en defensa comparado con salud y educación, eso es lo que está pasando en Honduras”, expuso.
Sosa cuestionó el protagonismo que le ha otorgado el gobernante Juan Orlando Hernández a las Fuerzas Armadas en medio de la pandemia del Covid-19 lo que provoca que la misma ciudadanía desafíe las medidas establecidas ya que este carece de legalidad.
“La pandemia refleja ese protagonismo militar porque se convierten hasta en momentos de confinamiento, de toque de queda, a colocarlos en primer orden siempre y cuando el gobierno recurra a eso para garantizar la estabilidad, orden y respeto a las medidas establecidas por parte de un gobierno con un grado de ilegitimidad como el de Honduras por lo que la ciudadanía está abierta a desafiarlas o desobedecerlas”.
Como ejemplo de la injerencia militar en medio de la pandemia, Sosa resaltó las declaraciones del jefe del Estado Mayor Conjunto, Tito Livio Moreno Coello catalogando la institución militar como “pequeños guardaespaldas” de Hernández.
“Las declaraciones por ejemplo del jefe del estado mayor conjunto donde se atreve a dar declaraciones prácticamente regañando a la oposición política y social y llamándole al silencio, a que silencien la crítica, esto en el fondo significa un rompimiento, un no respeto a esa condición de fuerzas militares apolíticas sino, todo lo contrario, altamente desafiantes y deliberantes convirtiéndose en pequeños guardaespaldas de una figura ilegitima y desacreditada como es Juan Orlando Hernández”, reprochó.
Por su parte la criminóloga e investigadora en temas de seguridad, Arabeska Sánchez, explicó que debido al control militar es de importancia ciudadanizar las instituciones de seguridad para generar mayor gobernabilidad y democracia del país.
“Comenzamos a ver en el primer mes, luego de decretado la cuarentena, que se suspendió las garantías constitucionales que a la fecha todavía se mantienen donde hemos visto el control de las fuerzas armadas realizando capturas, inmiscuidas en labores que le han llamado humanitarias, acompañando la entrega de medicamentos y en proceso de acompañamiento en la elaboración de planes de bioseguridad”.
“Definitivamente el tema de ciudadanizar la seguridad seria esencial para mejorar los niveles de democracia y gobernabilidad política en el país porque esto le permite poder nuevamente incorporarse con mayor voz y voto para definir la política de seguridad y defensa del país; Recuperar la labor de civiles en las dos secretarias de estado de seguridad le estaría permitiendo ir fortaleciendo la gobernanza política”, concluyó.
Se estima que al menos 30 puestos en instituciones claves del Estado están siendo controlados por militares y ex militares o personas que vienen de la estructura militar.
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