Equipo usado que no funciona para tratar pacientes de covid-19, que representan un riesgo biológico y más erogaciones del Estado revela el decimo informe publicado por el Consejo Nacional Anticorrupción denominado “Las máquinas de anestesia usadas: Un riesgo biológico inminente” como parte de la serie de investigaciones de “La corrupción en tiempos de covid-19″.
Tras una visita a los hospitales móviles, el CNA constata que las maquinas de anestesia que venían al interior de los hospitales móviles posee “varios signos de desgaste, por lo cual no se puede considerar como un componente útil, sino como un material de segunda mano”.
“Se considera que este tipo de material contiene un alto nivel de riesgo biológico, debido a que son de segunda mano, generando una exposición a microorganismos que puedan dar lugar a nuevas enfermedades, motivadas por la actividad operacional tanto a pacientes como al personal médico en todas sus categorías”, es una de las conclusiones del CNA.
Además añaden en el informe de que las máquinas de anestesia que estos dispositivos no pueden servir como un sustituto al ventilador mecánico debido a que los gases del paciente en una maquina tienen una vida útil limitada, que podrían causar daños al paciente, imposibilitando el uso diario del mismo durante semanas.
Es en ese sentido que manifiestan que estos hospitales de aislamiento no contienen ventiladores mecánicos fundamental para el tratamiento de los pacientes de covid-19.
“Por lo que alertamos que existe una posibilidad a que estas unidades les instalen ventiladores mecánicos asignados a otros hospitales para maquillar sus negligencias”, expresó en un video la directora del CNA, Gabriela Castellanos.
El CNA sostiene que los hospitales móviles son en realidad «sala de triajes modernas y mucho más costosas», manifestando que no se cumplen con las normas de distancia y separación que deberían tener las salas de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI).
“El espacio que hay entre las camas del hospital móvil no cumple con las normas de instalaciones de una unidad. En este punto tan reducido no se puede atender a un paciente en caso de un paro cardiorrespiratorio, por ejemplo; ya que se requiere hacer una reanimación cardiopulmonar, lo cual resultaría imposible aplicar, de igual manera ocurre cuando se requiera intubar a un paciente en estado crítico”.
Por otro lado, en caso de evacuación quedó un espacio reducido entre una de las camas y la distancia de la puerta que podría ocasionar la imposibilidad de poder salir. “Eventualmente, esto indica una mala distribución de las camas en dicha sala”.
Asimismo cuestionan porque 210 monitores que llegaron a Toncontín en agosto no vinieron en la embarcación de los hospitales móviles, por lo cual provocó que Invest-H solicitará una nueva franquicia aduanera para poder importar libre de toda clase de impuestos.
“Adicionalmente anteojos y máscaras protectoras, representando un nuevo impacto para las finanzas del Estado, dado que se generó un costo adicional de flete por 30 mil dólares y por concepto de seguro 2,500 dólares sumando un valor total por el envío de este equipo, por parte del proveedor de 431,500 dólares”, reza el informe.
El CNA recalca que no existe un compromiso por parte del proveedor ya que no hay un contrato y «únicamente tiene comunicación con el gerente general de la empresa proveedora, y que el intermediario, Axel López, ya no responde por este gran problema que ha ocasionado el perjuicio de las finanzas y la salud pública del Estado de Honduras».