Al asumir la presidencia de Estados Unidos, Joe Biden celebró que este miércoles, 20 de enero, que «es el día de la democracia», y a la vez hizo un llamamiento a la unidad de un país polarizado que se encuentra, además, sumido en una grave crisis sanitaria y económica.
“Este es el día de Estados Unidos, este es el día de la democracia”, comenzó diciendo el nuevo comandante en Jefe, minutos después de prestar juramento frente un Capitolio donde aún se percibían marcas del asalto que tuvo lugar hace dos semanas, cuando una turba de seguidores del presidente Donald Trump intentó impedir la certificación de la victoria presidencial del demócrata.
Biden rememoró este episodio y lamentó que aquel día «la violencia intentó cambiar los propios cimientos» de la democracia estadounidense. «La democracia prevaleció (…). No lo lograron, nunca lo lograrán, ni hoy ni nunca», se congratuló, no obstante.
“Nos unimos como nación, guiada por Dios e indivisible, para celebrar una transición pacífica de poderes, como hemos hecho durante más de doscientos años», declaró un Biden que se comprometió a gobernar tanto por aquellos que lo apoyaron con su voto, como por los que no.
El mandatario reconoció la gravedad de la situación que hereda, con un país que registra cifras de muertes y de desempleo nunca antes vistas debida al impacto de la pandemia, con un país dividido en el que buena parte de la población aún pone en entredicho la legitimidad de los comicios debido, en buena medida, a las acusaciones sin fundamento del propio presidente Donald Trump.
Un Trump que optó por no asistir a la ceremonia de investidura, el primer presidente que no lo hace desde 1869, y quien en los últimos días ha evitado pronunciar el nombre de Joe Biden, incluso en su discurso de despedida. De similar manera actuó hoy el demócrata, quién no nombró a su predecesor en una sola ocasión, si bien sí dejó un claro mensaje para él.
“Los últimos meses nos han enseñado una valiosa lección: están la verdad y las mentiras», espetó Biden. «Mentiras dichas por poder y por beneficio económico».
Biden pidió a los estadounidenses «respeto» y «tolerancia» y les instó a comportarse los unos con los otros como «vecinos», no como «adversarios». «Nos podemos tratar los unos a los otros con respeto y dignidad», agregó.
“Este es un momento histórico, de crisis y retos; y la unidad es el único camino a seguir. Debemos encarar estos momentos como los Estados Unidos de América”.
Retos más allá de la pandemia
Biden también lanzó un dardo a Trump al señalar que harán falta «mucho más que palabras», para sacar adelante a un país que, según dijo, debe hacer frente a los «momentos más duros» de la pandemia y a la crisis económica, sí; pero también al «racismo sistémico» y al cambio climático.
“Sé que hablar de unidad —dijo el nuevo presidente— puede parecer una tonta fantasía hoy en día. Sé que las fuerzas que nos dividen son profundas y reales, pero también sé que no son nuevas. Nuestra nación ha estado siempre en constante lucha entre el ideal estadounidense de que todos somos creados iguales y la dura realidad del racismo”.
En este sentido, el demócrata señaló el hecho de que su compañera de fórmula, Kamala Harris, se haya convertido en la primera mujer y en la primera afroestadounidense en ocupar la vicepresidencia del país. «No me digan que el cambio no es posible», recalcó.
“La historia estadounidense no depende de ninguno de nosotros, ni de algunos de nosotros, sino de todos nosotros. Nosotros, como nosotros el pueblo que busca una unión más perfecta. Esta es una gran nación, somos buena gente», le dijo el presidente Joe Biden a los estadounidenses, quienes expectantes fueron testigos de una solemne ceremonia de investidura presidencial que marcó el inicio de su mandato.