TEGUCIGALPA, Honduras
El analista Raúl Pineda Alvarado señaló que las ayudas a Honduras del presidente de El Salvador Nayib Bukele son un acto de una persona con un acendrado espíritu integracionista.
“Pero también es un mecanismo para hacer ver la mala gestión del presidente Hernández que ha dejado evidente su incompetencia y falta de previsión con respecto al problema de la pandemia del coronavirus”, apuntó.
La reacción del estudioso surge luego que el asesor presidencial Marvin Ponce denunciara que la asistencia del Ejecutivo salvadoreño busca como fin último el control de la isla Conejo, considerada como estratégica por su posición en el Golfo de Fonseca.
Alvarado indicó que la mala actitud de los políticos de turno causa gran impacto en la población menos favorecida.
“Sobre la isla Conejo, sí seguimos hablando lo que no es del gobierno de Bukele, este mandatario quitará la ayuda que le está dando a los hondureños y como siempre los pobres pagarán los errores de los políticos. Necesitamos estos actos de caridad cristiana, no es la primera vez que nos toca estirar la mano”, recordó.
Refirió que “hay que recordar que fueron los alcaldes y algunos diputados los que pidieron estas ayudas, no fue un ofrecimiento que se dio espontáneamente del mandatario salvadoreño, a él se le hizo una solicitud y su respuesta fue positiva, que como consecuencia de ese acto se ha visto mal la gestión de Hernández son otros cien pesos».
«Que este mal parado el presidente Hernández no es culpa de Bukele, es culpa de su falta de previsión y planeamiento” aseguró.
Cabe recordar que Bukele envió el sábado anterior a Puerto Cortés una ambulancia para asistir a una dama que presenta graves problemas de salud.
De hecho, una imagen del joven Erick Cerrato, hijo de la afectada, con un cartel pidiendo ayuda se viralizó en las redes sociales con la leyenda “presidente Nayib Bukele, le solicito una ayuda para mi madre, ella necesita una operación de cateterismo para poder destapar una arteria coronaria y no tenemos recursos para pagar. Suplicamos nos ayude”.
En cuanto a tal asistencia, Pineda Alvarado no vio nada de malo que un presidente extranjero ofrezca ayuda a un hondureño ante su desesperación por la salud de su madre, pero derivado de estas acciones se evidencia la incompetencia de las autoridades y la habilidad política de Bukele.
Hasta el momento, el presidente del vecino país ha apoyado a Honduras con la donación de 34 mil dosis de vacunas contra el Covid-19.
Entre las comunidades que resultaron beneficiadas con esta acción son Cedros y Ojojona (Francisco Morazán); San José de Colinas y La Arada (Santa Bárbara); Manto y Santa María del Real (Olancho) y San Marcos de Caiquín, en Lempira.
El segundo lote de vacunas se recibió en la primera semana de junio y contenía 44 mil viales del inoculante que beneficiaron a Nueva Ocotepeque, Choluteca y los municipios isleños de Roatán, Utila, Guanaja y José Santos Guardiola.
Tras el paso de las tormentas tropicales Eta e Iota por la región norte, el gobernante salvadoreño dispuso de la entrega de alimentos que fueron distribuidas en la población afectada.
Sin embargo, estas colaboraciones de Bukele no han sentado bases de una posible relación personal o diplomática con Juan Orlando Hernández. La posición de Bukele ha sido clara desde el inicio del mandato, cuando anunció que no invitaría a su toma de posesión a Juan Orlando Hernández, Hugo Chávez y Daniel Ortega.
Además, en varias ocasiones ante los medios y sus redes sociales ha exteriorizado críticas hacia la familia Hernández Alvarado por sus presuntos nexos con el narcotráfico; una de sus publicaciones más fuertes contra el presidente hondureño citó: “¿Cuál es la diferencia entre Hernández y Ortega? Uno se dice de derecha, el otro de izquierda. Pero la realidad es que ambos están en el poder a la fuerza, a costa de muchos muertos y sin legitimidad democrática. La lucha de nuestros pueblos hermanos es también la nuestra”.