TEGUCIGALPA, Honduras
Empleados del Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SANAA) se quejaron que tienen temor a contraer el coronavirus ya que se ven obligados a quitarse la mascarilla cada vez que se someten a reconocimiento facial como mecanismo de asistencia diaria.
Una trabajadora de la entidad estatal, que se omite su nombre, declaró a El Pulso que cada vez que ingresan o salen de la jornada laboral, se tienen que descubrir el rostro ante el aparato que reconoce los rasgos particulares.
«No utilizamos lector de huellas porque lo quitaron», declaró la afectada a este periódico.
En tanto, añadió, el libro de entradas y salidas no es considerado como un documento legal que haga constar su asistencia al trabajo, por lo que «pedimos a las autoridades que nos permitan firmar el libro porque es más seguro en vez de quitarnos la mascarilla cada vez que nos toque presentarnos a laborar».
Si bien reciben insumos de bioseguridad para protegerse del covid-19, dijo, «pero tenemos miedo de que se propague, ya tenemos a varios compañeros enfermos y no queremos correr la misma suerte».
Denunció que en varias dependencias del SANAA no se cumplen las medidas de precaución como el distanciamiento social, ya que hay áreas donde los empleados no respetan los parámetros dictados por el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager).
La denunciante hizo un llamado al alcalde Nasry Asfura y su equipo de regidores que tomen medidas en torno al hecho porque temen que haya un rebrote de coronavirus que pudiera provocar la muerte de los empleados municipales.
«Pedimos nuevamente que se nos habilite un libro de entradas y salidas para no someternos al reconocimiento facial, tememos por nuestras vidas en caso de contagiarnos», sentenció.
