No es nuestra convicción ser abogados del diablo, pero la presidenta Xiomara Castro tiene toda la razón: No es el momento de hacer campañas políticas desde el mismísimo oficialismo.
Si un partido como Libertad y Refundación, que prometió hacer política de manera diferente, no puede tomar las viejas mañas del bipartidismo tradicional, hay muchos problemas en el país que deben irse resolviendo.
¿Qué se gana con promover candidaturas tan tempranas, lanzar cuadros que deberían estar aportando soluciones ante masivos problemas que todavía no pueden ser resueltos? Ninguna instancia política, ni el Partido Liberal, Partido Nacional y el mismo Libre no pueden ni deben estar apañando el papel de la presidenta cuando falta más de un año cuando el Consejo Nacional Electoral (CNE) convoque a elecciones primarias que deberán efectuarse en marzo de 2025.
Señores, este gobierno apenas lleva 18 meses de mandato y hay que dejar que la mandataria realice su papel; hay que juzgarla por los resultados de su gestión; pareciera que una de las corrientes de Libre mantiene los vicios…
Pues se comprende que muchos de ellos provienen del Partido Liberal y se quedaron con esa actitudes que debilitan a una mandataria que en fecha reciente obtuvo una baja calificación.
No es para menos, el gobierno afronta un momento muy crítico como lo dijo en un tuit la mismísima jefa de Estado: «Iniciar campañas políticas internas solo dividen. Sabemos que enfrentamos grave racionamiento de energía por bajo nivel de agua en represas e indisponibilidad de plantas térmicas, precarias condiciones de ENEE y el moribundo contrato de EEH es inoportuno, prematuro y desafortunado».
Por su lado, el expresidente y asesor del Ejecutivo, Manuel Zelaya, replicó el reclamo de la gobernante: «El próximo año, por ley, en octubre se convocará elecciones. Apoyamos la labor permanente de los diputados(a) en favor de la comunidad, pero es inapropiado prematuro e imprudente dispersar fuerzas en vez de buscar consensos y responder los ataques contra Xiomara Castro de las élites que pararon en el CN (Congreso Nacional), la lectura del acta y la ley de justicia tributaria».
Ambos no dejan de tener razón en los reclamos hechos a sus seguidores, quienes tuvieron la obligación de retractarse.