CIUDAD DE PANAMÁ, Panamá
El presidente electo de Panamá, José Raúl Mulino, quien se impuso en las urnas con el fuerte respaldo del popular expresidente Ricardo Martinelli, tendrá que buscar consensos ante la nueva configuración del Legislativo, donde se dio una de las mayores sorpresas de los comicios del domingo con la irrupción de los independientes.
Mulino, un exministro de Seguridad del pasado gobierno de Martinelli (2009-2014) y quien sustituyó al exmandatario en la boleta luego de que éste fue inhabilitado tras confirmarse una condena en su contra por blanqueo de capitales, se impuso con el 34,34 % de los votos tras escrutarse el 97,95 % de las mesas de votación, una ventaja de 10 puntos porcentuales sobre el segundo Ricardo Lombana, del Movimiento Otro Camino, que se convirtió en la segunda fuerza política en la nación centroamericana.
El mandatario electo, de 64 años, llamó en su discurso de triunfo a la unidad nacional y prometió que en su gobierno, que debe iniciar el 1 de julio, no habría espacio para el revanchismo ni la persecución. Esto fue una referencia a las denuncias que por años ha recibido Martinelli en su contra en medio de procesos judiciales por corrupción.
Martinelli no pudo buscar un segundo mandato por los partidos Realizando Metas y Alianza luego de la confirmación de la condena en su contra por blanqueo de capitales. El expresidente, de 72 años, se refugió a inicios de febrero en la embajada de Nicaragua tras recibir asilo político y este año tendría que enfrentar otro juicio relacionado por los sobornos entregados por la gigante de la construcción brasileña Odebrecht.
“Basta ya de llevar la venganza como gestión de gobierno… de justicia amañada, se acabó», afirmó Mulino luego de la victoria a sus partidarios, que coreaban “Libertad, Libertad” para Martinelli. «Se acabó la persecución política, la manipulación del Ministerio Público, la manipulación de los jueces y los magistrados”.
“Tendrán un presidente de conciliación respetuosa”, prometió. “Voy a hablar con todos, a extenderles una mano amiga para concertar, no con ánimo de confrontación. Pero hay que enrumbar la nación, sin temor, consolidando las fuerzas políticas que respeten al pueblo”.
Mulino aseguró durante la campaña que ayudaría a Martinelli a salir de sus líos con la justicia.
Su mensaje de unidad podría tener sentido puesto que contará con una Asamblea Legislativa unicameral —el órgano más cuestionado por escándalos de despilfarro y opacidad— sin mayoría.
Los partidos Realizando Metas, fundado por Martinelli, y Alianza que lo llevaron al triunfo apenas contarían con 15 de 71 curules. La nota sobresaliente la dieron los candidatos por la Libre Postulación que se están alzando con 21 puestos, lo que ha sido calificado como un triunfo y castigo al Legislativo tras protestas multitudinarias el año pasado contra un contrato gubernamental acordado con una mina de cobre canadiense que fue declarado inconstitucional y llevó al cierre de ese enorme proyecto.
El oficialista Partido Revolucionario Democrático (PRD), del mandatario saliente Laurentino Cortizo, sufrió no sólo un descalabro en la elección presidencial sino que sólo estaba sacando 12 curules, 23 menos que los logrados en los pasados comicios de 2019. El candidato oficialista José Gabriel Carrizo fue sexto con 5,83 % de los votos. También perdía la alcaldía de la capital, el segundo puesto de elección popular más importante después del de presidente.
Las demás bancas legislativas se las repartían los partidos Cambio Democrático, de Rómulo Roux que terminó cuarto en la elección presidencial, su aliado Panameñista —ambos suman 16—, el Partido Popular que abanderó al expresidente Martín Torrijos, tercero en la presidencial, con dos y Molirena, aliado del PRD, con una.
Mulino dijo que se comunicó con Carrizo y Roux tras la victoria.
Mulino subrayó tras su triunfo que ganó con el voto mayoritario, pero poco más de un tercio de los panameños le dio su respaldo en un país fragmentado políticamente.
El presidente electo enfrentará de entrada una economía que se contraerá este año debido al cierre de la mina y a la crisis del agua que redujo por primera vez en la historia el tránsito por el Canal de Panamá. También la migración irregular por la peligrosa jungla del Darién, fronteriza con Colombia, por donde cruzaron medio millón de personas el año pasado. Mulino ha prometido terminar con ese fenómeno, inclusive con el cierre de la selva, aunque no ha dado detalles.
Mulino recibió tras su victoria llamadas de felicitación de los presidentes de El Salvador, Nayib Bukele, y de Costa Rica, Rodrigo Chaves, así como mensajes en ese sentido de Estados Unidos y otros países.