Mientras el mundo entero reacciona indignado por la quema criminal de más de 400 hectáreas de bosque en la zona núcleo del parque Nacional Jeanneth Kawas en el litoral atlántico de Honduras, un pequeño grupo de políticos y magistrados inescrupulosos conspiran para dejar impune la destrucción de otras 300 hectáreas de bosque manglar en el golfo de Fonseca, al sur de Honduras, en donde está el Área de Manejo de Hábitat «Las Iguanas–Punta Condega».