NUEVAS ELECCIONES, MEDIACIÓN O INSURRECCIÓN ¿A QUE LE APOSTAMOS?

EGO16 enero, 2018

Por: Tomas Andino Mencia


La gran mayoría de la población está deseando que JOH salga del poder y que Salvador Nasralla asuma la Presidencia el 27 de enero próximo. A casi nadie en la base de este movimiento se le ocurre darle una nueva oportunidad al dictador, que le permita recuperarse en ningún sentido. Lo que queremos es ¡QUE SE VAYA YA! No lo queremos ni un día más en la Presidencia. Por eso el pueblo se dispone a realizar un Paro Nacional Insurreccional que empieza el 20 de enero hasta sacarlo del poder, a riesgo de nuestras propias vidas.

Como de tonto no tiene un pelo, el tirano no se queda de brazos cruzados. Aparte de una criminal represión, JOH ha lanzado un llamado “dialogo nacional” con sus afines, que es una estrategia para ganar tiempo, distraer la atención pública y consolidar aliados a su alrededor, para quedarse en la silla presidencial con la menor oposición posible. Por eso, el tal “dialogo” ha sido rechazado por el Pueblo consciente, porque no deseamos ni necesitamos dialogar nada, pues dialogar con él, es caer en su trampa.

Aunque esto esta muy claro en la base, de parte de quienes encabezan este movimiento, es decir, de parte de Salvador Nasralla y Mel Zelaya, escuchamos expresiones muy ambivalentes en sus discursos, en los que, por un lado, nos inyectan ánimos para sacar al dictador, pero por otro, dejan entrever que estarían dispuestos a ir a un dialogo con este, a mediación, e incluso a “nuevas elecciones”.

DECLARACIONES

En la conferencia de prensa de la Alianza del 2 de enero, Nasralla dijo: “El dialogo para resolver este problema tiene que ser: JOH o su representante, con Salvador Nasralla o su representante; con un mediador que no puede ser él. Así que cuando quieran, donde quieran, como quieran y a la hora que quieran; el dialogo entre él y nosotros, para que la comunidad internacional vea paz en Honduras.”

(Ver minuto 6:50)

https://www.youtube.com/watch?v=-ltC6huxr9c

¿Dialogar sobre qué y para qué? Nasralla fue claro al respecto el 20 de diciembre de 2017, a su retorno de Whasington: “Me reuniré con él, si y solo si el acepta que en el conteo el perdió las elecciones y tenemos que ir a una nueva elección; de lo contrario no hay dialogo”

(Ver: minuto 1:20).

https://www.youtube.com/watch?v=qmyKpNjmD70

A diferencia de Nasralla, Mel Zelaya ha dicho en varias ocasiones que no cree en la idea de ir a nuevas elecciones, porque es una trampa de Luis Almagro, el Secretario General de la OEA. Pero, en su lugar, Mel propone que una comisión investigadora internacional analice las evidencias de votos, actas, cuadernillos y censo, y que ese mediador certifique quien gano (como si no estuviera claro). Las siguientes fueron sus palabras en la misma conferencia de prensa del 2 de enero: “Almagro, con esa propuesta no nos está haciendo ningún bien, porque no tiene ningún poder para lograr que se hagan nuevas elecciones. Nosotros estamos de acuerdo con nuevas elecciones, pero sabemos que es una trampa del señor Almagro. No hay posibilidades que él tome una decisión sobre nuevas elecciones… Lo que puede hacer es nombrar una comisión investigadora de alto nivel”

(Ver: minuto 6:50)

https://www.youtube.com/watch?v=-ltC6huxr9c

Días después, en el mitin del 6 de enero en San Pedro Sula, Manuel Zelaya afirmó lo siguiente: “Aceptamos un Mediador, pero ese mediador tiene que venir con carácter vinculante, y que las decisiones del mediador se respeten. Si el mediador dice que Salvador ganó las elecciones, tienen que darle la elección a Salvador”

(Ver: , minuto 3:40).

Lo que Mel no dijo en esa ocasión es qué pasa si el Mediador da por ganador a JOH.

En resumen: Nasralla por un lado asegura que tomara posesión de la Presidencia el 27 de enero, y por otro dice estar dispuesto a sentarse a dialogar con JOH para organizar nuevas elecciones, como lo propone la OEA; en cambio Mel, mientras convoca a un paro de 8 días, solicita un mediador internacional para que haga una investigación y que decida según su criterio quién será el Presidente.

Finalmente, ambas propuestas fueron unificadas en una sola, en la declaración del pasado 10 de enero, difundida por el “Bloque de Oposición contra la dictadura”, que resumo en cinco planteamientos: 1) El bloque se opone al dialogo “dirigido por el dictador”; 2) propone “un mediador frente a la crisis” nombrado de común acuerdo con JOH, lo que supone establecer un dialogo previo con este o sus representantes; 3) las decisiones del mediador “deben ser de carácter obligatorio, con categoría de ley”; 4) propone una Auditoria forense y técnica al SIEDE por dos empresas, que constituirían el punto de partida del trabajo del mediador; y, 5) en caso que el mediador no determine el ganador, se convoque a una nueva elección de segunda vuelta (es decir entre JOH y Nasralla), con un nuevo Tribunal Electoral y con una nueva Ley Electoral.

Pero tan importante como lo que se dice es lo que no se dice. Ni Nasralla ni Mel cuestionan el conjunto del proceso electoral, sino solo la elección presidencial. Significa que avalan la fraudulenta integración del Congreso Nacional y de las alcaldías, mal habidas por el fraude. En otras palabras, cuando dicen “Fuera JOH” están diciendo solo la persona del Ejecutivo, pero no TODO SU GOBIERNO, no la dictadura. El problema es que si se saca a JOH y se deja el juanorlandismo vivo en el Congreso y la Corte Suprema, no se habrá acabado con la dictadura sino solo con su cabeza, pero esta puede regenerarse colocando a un sustituto y pasará a la contraofensiva, invalidando cualquier triunfo que tengamos en el caso de sacar a aquel.

Cabe preguntarse si, en el contexto de un Paro Nacional Insurreccional que ha sido convocado para sacar la dictadura,

¿es correcta esta política?

LA GEO POLITICA REFLEJADA EN EL CONFLICTO HONDUREÑO

La propuesta de Nasralla (dialogo para hacer elecciones) en realidad es una repetición de la propuesta de Almagro, en coincidencia con un sector del Congreso de los Estados Unidos; o más exactamente, es la propuesta de un sector del imperio, de la cual Almagro y luego Nasralla son voceros. Esa facción del imperio difiere de la representada por el Departamento de Estado en el gobierno de Trump, quienes no tienen empacho en declarar públicamente su apoyo al narco dictador. Pero que nadie se llame a engaño, esos dos sectores del imperio coinciden en algo: en impedir o derrotar la insurrección popular para que esta no desemboque en una Revolución. Unos desviando el descontento hacia nuevas elecciones y Trump apoyando la represión. Unos con votos y el otro con balas.

No se crea que es un dualismo que ocurre solo en Honduras. El mismo esquema de contradicción entre un fuerte sector del Congreso y del Departamento de Estado se está produciendo a nivel global, en otros focos de tensión políticos y militares del mundo, como es el caso de Corea del Norte, Venezuela, Palestina, Iran y Cuba. Trump aparece como el “duro” mientras los demócratas como los “conciliadores”. Al final hacen una dupla efectiva, pues por temor al “ala dura”, los países o movimientos sociales terminan cediendo sus banderas a las mediaciones del “ala conciliadora”, y al largo plazo, todo es ganancia para el imperio.

Si no, véase el panorama internacional: a raíz de la fuerte presión militar que Trump ejerce sobre Corea del Norte, ahora este país se abre a negociaciones propuestas por Corea del Sur; lo mismo pasa en Venezuela, donde la agresividad de Trump ha llevado al gobierno de Maduro a iniciar un dialogo con la oposición en el que seguramente harán concesiones. Obama venia practicando algo similar solo que enfatizaba en el aspecto conciliador, sin aflojar la presión militar, teniendo éxitos en Colombia, Cuba y otros países. Se trata de una política complementaria del “garrote” y la “zanahoria” que tanto éxito les produjo en Centroamérica en los años 80s, en la época de Reagan y el Grupo de Contadora, con la cual desactivaron la revolución nicaragüense y salvadoreña.

PROPUESTAS ALINEADAS E INCONVENIENTES

Volviendo a Honduras, si fuera el caso que se acuerdan “nuevas elecciones”, nadie debe suponer que eso significa un automático triunfo de Nasralla, como se cree, a pesar que sabemos que tiene la mayoría. Al respecto repito lo que dije en otro artículo: a) las nuevas elecciones se harían con un nuevo TSE, pero elegido en el nuevo Congreso Nacional, aún más controlado por el PN; b) se iría con la misma Ley Electoral, pues el Partido Nacional se resistiría a reformarla en el Congreso o haría los “cambios” que a este le convengan; c) le daría una segunda oportunidad a JOH de postularse de forma inconstitucional; y, d) existe el peligro de que se divida la oposición porque, Nasralla seria presionado a no hacer alianza con Mel sino con el Partido Liberal (la cual contaría con el aval gringo), en cuyo caso LIBRE estaría obligado a postularse por aparte con su candidata o candidato, si quiere mantener su legalidad.

Estas son las condiciones reales a las que nos enfrentaríamos y no a los sueños de un TSE super democrático con mayoría de la oposición, como propone Nasralla. Con uno solo de estos puntos que ocurra, estaríamos fritos y servidos.

¿Y la propuesta del “mediador” que hace Manuel Zelaya? Es tan ilusa y tal vez más peligrosa que la anterior. Una Comisión de “mediación” o arbitraje que venga a hacer una investigación y un veredicto sobre el caso, solo es posible si la OEA estuviera de acuerdo, que no lo está; pero aun en el caso que así fuera, volvería a colocar la solución del conflicto en manos de instancias manejadas por las potencias imperiales, porque nadie se llame a engaño que Almagro no es títere de los gringos; sino pregúntenle a Maduro o a Evo.

En otras palabras, el mismo organismo que avalaría las “nuevas elecciones” de la propuesta de Nasralla, patrocinaría la comisión de “mediación” o arbitraje propuesta por Mel. Y esa solución, estoy seguro, no será en beneficio del Pueblo.
Tómese en cuenta que Honduras es un país clave en la estrategia geo militar norteamericana para Mesoamérica y El Caribe, por lo que no estarían dispuestos a correr el riesgo de que caiga en manos de una fuerza política que no sea confiable a sus intereses. Y en eso, JOH tiene todas las ventajas.

Lo que no dicen estas propuestas es que, quien gobernaría el Poder Ejecutivo mientras el “mediador” investiga y hace sus dictámenes y mientras se organizan nuevas elecciones, será nada menos que el mismo JOH reelecto, flanqueado por un Congreso fraudulento (que ni siquiera es objetado por Mel ni Nasralla) y por la misma Corte Suprema de antes, en un contexto de desmovilización popular.

Si eso ocurre ¿alguien puede dudar que JOH en su segundo periodo gobernara para quebrar a los sectores más combativos de la oposición, de forma que después no podamos levantar cabeza? Nadie en su sano juicio se sometería concientemente a tal escenario… Pero, a juzgar por sus propuestas, Nasralla y Mel parece que si lo harian.

En ese sentido, las propuestas de estos lideres, ingenua o conscientemente, están alineadas con una de las patas de la estrategia imperial para Honduras, a la cual no se le escapa ningún detalle. Ambas suponen la cancelación o la subordinación de la insurrección popular y la desobediencia civil, pues no se podrían hacer elecciones en medio de un país paralizado, y el veredicto de una Comisión de Arbitraje, es aún peor, pues hace que el proceso insurreccional puede ser desactivado por una sola persona (el árbitro o “mediador”) si su dictamen es favorable a JOH.

Por tanto, venir a decir que nos sentemos a dialogar con el dictador para acordar un mediador y, si no, hacer nuevas elecciones con un nuevo TSE y una nueva Ley Electoral democrática, es no tener los pies en la tierra. Es llevar al Pueblo a tener ilusiones infundadas en románticos procesos electorales que solo existen en el mundo de las hadas. Nada de eso será posible mientras JOH siga en el poder.

Lo que está claro en el momento actual es que la política que prevalece por parte del imperio es la política de imponer al dictador por la fuerza de las armas. Es lo que JOH hace con el apoyo de la Embajada USA, con casi 40 asesinados, los 1400 detenidos y muchos mas desaparecidos; es lo que planea coronar el 27 de enero, y lo harán si no los detenemos. Por tanto, solo cabe una respuesta: la insurrección popular, que es lo que el pueblo movilizado quiere.

LA OPCION INSURRECCIONAL REQUIERE UNA DIRECCION REVOLUCIONARIA AL FRENTE

Aquellas elucubraciones irreales a que he hecho mención, ocurren cuando un proceso insurreccional es dirigido por una cúpula que no proviene de los sectores en lucha, que le teme a la revolución popular. Por eso, este proceso insurreccional no puede depender de esos dirigentes, sino que debe ser dirigido por quienes están en las trincheras de la calle, es decir, en las barricadas. Son ellos y ellas quienes están exponiendo su vida frente al ejercito asesino y son ellos quienes tienen el derecho de decir que se acepta y que se rechaza. Pero estos necesitan unificarse en un solo comando nacional.

Por eso es necesario que todos los colectivos de lucha que existen a nivel nacional, y que trascienden los colectivos electorales, pues incluyen a mucha más gente, se reúnan en un Encuentro Nacional que elija una COORDINACIÓN NACIONAL YA, integrada por los representantes de base más combativos. Estos(as) si serian garantía de triunfo sobre el gobierno opresor.

La convocatoria al Segundo Encuentro Nacional de Luchadores contra la Dictadura, convocado por la Convergencia contra el Continuismo para mañana 13 de enero, es una oportunidad para ello, a condición de que no se repita el mal antecedente de que se impidió la aprobación de un acuerdo concreto de lucha durante el Primer Encuentro, por parte de su moderación. De este Segundo Encuentro no podemos volver a salir sin un acuerdo concreto y sin una COORDINACIÓN NACIONAL POPULAR integrada por todos los sectores que combaten en las calles y dirigida por sus elementos mas probados en la lucha.

Pero si no sale de ahí, pues habrá que convocar a otro, hasta que esa tarea estratégica sea cumplida.

ABAJO JOH, POR UN GOBIERNO PROVISIONAL POPULAR Y LA CONVOCATORIA A UNA CONSTITUYENTE

Si nuestro movimiento democrático popular logra coronarse con el triunfo derrocando al tirano, estaríamos ante una Revolución Democrática Popular triunfante, que daría inicio a una verdadera revolución social..

En ese escenario, TODO EL GOBIERNO, incluido el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, deberían cesar en sus funciones, y ser sustituidos por un Gobierno Provisional Popular, integrado por las fuerzas populares que dirigieron el proceso insurreccional, cuya principal tarea será convocar a elecciones a una Asamblea Constituyente originaria que refunde el Estado en función de las mayorías . Esto es así por la sencilla razón de que, todo lo actuado por JOH desde su mismo ascenso al poder, implica una ruptura del orden constitucional y este se debe rehacer, pero sobre nuevas bases.

Pero todos esos son sueños si antes no cumplimos la tares principal, que es ECHAR ABAJO A JOH Y A TODO SU GOBIERNO. Esto pasa por que el Paro Nacional Insurreccional sea exitoso y se constituya una Coordinación Nacional Popular que le meta el hombro.

Dado en la ciudad de Tegucigalpa, M.D.C. a los doce días del mes de enero de dos mil dieciocho.

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