La organización Nosotros la preferimos sencilla desarrolló un foro virtual donde se expuso el trabajo de organización defensoras de derechos humanos y la vulnerabilidad que ha generado las medidas del gobierno en medio de la pandemia del Covid-19.
Lucía Vijil, investigadora social para el Centro de Estudio para la Democracia (Cespad), señaló que las organizaciones se enfrentan con tres factores fundamentales para desarrollar su trabajo en medio de la pandemia del Covid-19.
Vijil dijo que el primer factor que afecta el trabajo y acompañamiento de las organizaciones defensoras de derechos humanos se debe al toque de queda decretado por las autoridades generando indefensión y mayor criminalización.
“Un toque de queda en un contexto de completa indefensión, si bien es cierto el contexto de indefinición ya estaba previo a la pandemia porque siempre había represión y criminalización, este contexto, por ejemplo, viene a reducir la capacidad de organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres y los territorios, viene a reducir su espacio de acción, impedir que se haga acompañamiento y eso es complicado cuando no se tienen las garantías para hacer ese acompañamiento”.
También manifestó que el segundo factor es el marco de la militarización “es complicado ver tanta denuncia de compañeros campesinos como en el Aguán donde han llegado más militares, el único mecanismo que tiene el régimen es desplegar aún más fuerza militar complicando la situación de ansiedad y estrés en las comunidades y sin poder llegar a hacer más generando impotencia”.
“Un tercer elemento es el circulo de pobreza y violencia que se está viviendo en los territorios y comunidades rurales sin poder tener atención integral, sin políticas publicas diferenciadas en tema de atención y violencia domestica; No se está atendiendo ni cualquier otro tipo de violencia que venga de las mujeres, estas tres cosas son impactos en las organizaciones”, agregó.
Para Vijil hay una deuda histórica del Estado en las demandas de las mujeres y otros sectores de la sociedad.
“Así como han manejado de manera catastrófica esta crisis, así ha manejado todos los temas, en especial las exigencias y demandas de las mujeres, endureciendo la política estractivista, capitalista depredadora, precarizadora de la vida que te aniquila con violencia, estigmatización y es complicado que este régimen sienta y asuma su rol”.
Además, enfatizó que se debe entender que la tarea de defensoría en la zona rural es mucho más compleja que en la urbana debido al grado de influencia de los medios de comunicación y el nivel educativo de las personas, “en las zonas rurales hay clima hostil, de criminalización que hace mucho más difícil la labor de defensoría” agregó.
Por su parte, Xiomara Sierra, oficial de Programa en Oxfam Honduras, cuestionó el accionar del gobierno en medio de la pandemia sobre todo por la constante violación a los derechos humanos de la población.
“El Estado de alguna manera es el responsable y preocupa las constantes violaciones de derechos humanos y la pobreza que se avecina. La gran mayoría de la población está desprotegida en el tema de salud, ni siquiera hay acceso a un sistema de salud que atienda toda la problemática”.
“Ha habido un vacío en la respuesta del Estado y al contrario ha sido teñida de corrupción y voracidad en el tema de los recursos, engañando a la población. Es terrible, sabemos que hay políticos corruptos pero esta crisis los hemos visto más”.
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