El huracán Eta que ingresó al país como tormenta tropical, hasta el último reporte del Comité Permanente de Contingencias (Copeco), dejó al menos 64 víctimas mortales y alrededor de tres millones de personas afectadas.
Según Copeco, 64 personas perdieron la vida, 2,975,933 personas fueron afectadas por Eta, lo que representa un total de 573,460 familias afectadas; También 95,392 personas fueron rescatadas; 22,334 viviendas afectadas, de estos, 851 dañadas y 75 fueron destruidas.
Centros educativos dañados fueron al menos 13, puentes destruidos 23 y dañados 42, comunidades que quedaron incomunicadas fueron 69 y lo que más genera alarma es que con la llegada del huracán Iota estas estadísticas se unirán debido a que hasta la fecha no se pudo acceder a más lugares que resultaron devastados.
El equipo de El Pulso.hn visitó la aldea La Danta, en el municipio de Choloma, departamento de Cortés, donde constató la destrucción provocada por el fenómeno climático Eta recopilando ciertos testimonios de habitantes de la zona que tuvieron que evacuar a causa de la llegada de Iota.
Don Anselmo junto al pastor de la comunidad Héctor Castillo, se convirtieron en héroes de muchos vecinos pues pusieron a disposición 15 lanchas y un tractor agrícola para trasladar más de 600 personas que salieron afectadas en esa zona.
“Los bordos quedaron sin protección, ni el Mitch inundó este lugar. Sacamos nuestras familias con lanchas y aún hay gente que se encuentra en lugares donde no hemos podido acceder. El agua llegó hasta el techo de las casas y muchos habíamos amarrado algunas cosas, pero también quedaron bajo el agua”, fueron las palabras del pastor Castillo que, incluso una semana después, seguía evacuando personas.
Uno de los pobladores afectados fue Kevin, quien no quiso brindar su apellido, pues su rostro reflejaba el dolor de la destrucción que dejó Eta a su paso, sus palabras fueron cortas y desgarradoras, su cuerpo respondía al cansancio de estar trasladando lo poco que pudieron recuperar.
“Perdí todo, todo… No recuperamos nada, solo la ropita que traíamos. Ya habíamos vuelto algunos a limpiar las casas y nos tocó volver a evacuar, estamos arrimados porque no podemos volver a nuestra casa. Primeramente Dios que no venga lo peor”, expresó.
Mayra Rosales, también de la comunidad la danta resaltó el ánimo y lo aguerrido que puede llegar a ser un hondureño en medio de la prueba.
“Estamos dispersos, la gente perdió sus casas, todos perdieron pero no todo ha terminado, nos vamos a volver a levantar”, reaccionó.
Entre el agua, el lodo y el olor a podredumbre, muchos pobladores de los bajos de Choloma fueron evacuados el pasado fin semana, sin embargo, pudimos constatar que la ayuda del gobierno fue nula, ni siquiera han llevado alimento a estas personas que mientras limpiaban el desastre de Eta tuvieron que volver a huir ante la llegada de Iota.