Ecos de la Minificion Centroamericana cuyo autor es el hondureño José Zelaya, busca visibilizar las voces de los jóvenes en un nuevo género donde pueden incursionar.
La obra de Zelaya, un estudiante de trabajo social de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), es el tercer libro de la región del género literario, siendo poco conocido en Honduras y poco explotado en Centroamérica.
«Es importante no solo porque es el tercer libro centroamericano, sino también porque es diferente a los demás, se busca darle un espacio al género pero con personas jóvenes, sabemos que las condiciones económicas y política del país no permite que la gente joven pueda publicar un libro porque no existen editoriales que toman en cuenta el trabajo de personas jóvenes sino de aquellas que tienen una carrera, otra es que a veces el trabajo del joven se desvaloriza», explicó Zelaya.
La publicación surge en medio de la pandemia, añadió, al tiempo que contó que han transcurrido más de 10 años desde que se publicó una antología en Honduras, sin embargo, muchos autores han logrado exponer sus trabajos a escala internacional.
En su caso, expresó que comparte algunos espacios junto a Venus Mejía, Perla Rivera, Kalton Bruhl, entre otros que se han posicionado como grandes personalidades.
Esta antología seleccionó a jóvenes entre las edades de 18 a 30 años. El autor hondureño comentó que no buscó a personas con una trayectoria ni mayores de 30. Asimismo se siguieron otras pautas que debían de cumplir los escritores.
«Es importante visibilizar ese trabajo, no buscaba personas de 30 o 40 años porque tienen la oportunidad de costearse su libro. Otras porque tienen trayectoria, ese es el nombre de juventud, la segunda era que presentar tres minificciones de tema libre y la tercera, ver que si el texto era minificción, ese fue el paso publicado porque definir el genero es dificil», dijo Zelaya.
Junto a otros géneros, la minificción tiene la cualidad de brevedad y además tiene otras bondades que lo diferencia de otros géneros como la micropoesía y la novela.
«Se busca que no solo interprete sino que complete esas partes vacías que deje el texto y otra característica es la interxtualidad que juega con contextos que ya existe, apunta a ese acervo de conocimientos que tiene la persona. La relectura es otra, muchas veces la minificción no se entiende de una sola leída, se debe releer para poder entender el contenido, el libro de minificciones es como un libro de cuentos, se disfruta como la poesía», enfatizó Zelaya.
El joven hondureño sostuvo que con estos nuevos géneros, al no haber personas que se dediquen, existen más oportunidades de escritura.
«Honduras ha sido un país de tradición poética y es muy difícil abrirse espacio para abrirse, la gente joven que escribe minificción es un genero literario al que puede apostarle y la dificultad en escribirlo», sentenció.