El sacerdote católico Carlos Rubio cuestionó hoy la corrupción que prima en Honduras, al trasluz de indicadores internacionales sobre el flagelo.
En una alocución, el religioso declaró que “de no tener dinero y quitar prestado para robárselo, eso es una infamia, es una ofensa a la dignidad, también a los ciudadanos y no hay duda que a Dios porque el mandamiento dice no robar y eso es doloroso”.
Aseveró que es urgente establecer controles y llegar al punto de poner mano dura ante la problemática que atraviesa el país que hace perder asistencia internacional.
El clérigo expresó que los fondos que el Estado adquiera deben ser manejados con la mayor transparencia posible y para ello se requiere que fortalezca el gobierno, pero también las instancias de sociedad civil que velen por el cumplimiento de la ley y de el uso racional de la cooperación.
“Si no hay cooperación lamentablemente el país no avanza”, afirmo el cura, ya que bajo su juicio la comunidad internacional debe tener mayor grado de exigencia sobre los fondos que destinan al apoyo de otras naciones.
Deben pedir categóricamente transparencia en el destino de las ayudas que realizan, agregó.
Comentó que otro de los temas que va íntimamente ligado a la corrupción, para que esta se potencie es la impunidad, por tal razón es imperativo que se castigue a los que realizan un acto de corrupción para sentar precedentes.
“Pero si seguimos dando ese mensaje de un país corrupto, de un país donde el Estado de derecho se ve desquebrajado donde no hay respeto, esos mensajes ahuyentan a la cooperación, porque nuestro pueblo esta sufriendo y necesitando de esa ayuda”, detalló el presbítero.
Desde su perspectiva, “Honduras se ve muy mal, este es un mal que se debe erradicar o por lo menos cada día disminuir, las consecuencias las paga el mismo pueblo y no es justo que el país se este endeudando para que otros se estén enriqueciendo, y no para el desarrollo integral al que se debe destinar toda cooperación y toda ayuda para el bien de todos los hondureños y no de unos pocos”.
Rubio consideró que el sistema corrupto en el que está sometida Honduras, se crean leyes y se hacen cosas para blindar estas practicas que lejos de favorecer al país crean un mensaje negativo y ahuyentan la buena voluntad de los países cooperantes en aportar al Estado cualquier clase de ayuda.
«La Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH) fue expulsada prácticamente. Ojalá esto mejore sino vamos al precipicio, este es un mal y no hay un verdadero compromiso de quienes por la ley están mandados a castigar a la corrupción y los corruptos”, puntualizó el sacerdote.