TEGUCIGALPA, Honduras
No olvidamos que un 15 de la septiembre de 1842, un hondureño llamado José Francisco Morazán era fusilado en San José Costa Rica. Morazán sigue siendo referente de Unión, Libertad e Independencia.
Unión, libertad e independencia que se deben buscar, conquistar a diario para que algún día no muy lejano tengamos un país en la que quepamos las mayorías viviendo con la dignidad a la que como seres humanos tenemos derecho.
Mientras nuestros compatriotas sigan huyendo hacia otros países a causa de la pobreza e inseguridad, no hay independencia.
No hay soberanía mientras no tomemos decisiones en función del interés de las mayorías, no habrá independencia económica mientras la deuda externa e interna robe nuestra educación, salud, seguridad e inversión.
Mientras se les robe a los niñ@s su infancia, a los jóvenes sus sueños, a los adultos sus proyectos y a los ancianos su tranquilidad: la independencia, la soberanía, la libertad que se conmemora hoy en día, son solo un recordatorio que son nuestro norte a conquistar.
A 202 años de la emancipación política del Reino Español, a 181 años del asesinado de nuestro referente libertario Francisco Morazán, tanto España como Costa Rica en un acto simbólico deben pedir perdón a nuestro pueblo hondureño, deben pedir perdón a Centroamérica.
El 15 de septiembre es un día para recordar que el camino aún es largo y que no serán de afuera que vendrán a solucionar nuestros males, sino, que le corresponde a cada hondureña y hondureño librar una batalla a diario por el bienestar de las mayorías. Luchar contra propios y extraños que sólo buscan su propio bienestar sin importarles la causa común.
El hondureño deberá liberarse por sus propias fuerzas, romper esas cadenas de la ignorancia, de la manipulación, del fanatismo, del egoísmo.
Los hondureños sólo a través de su participación, de su vinculación en los asuntos públicos podrá abrir ese camino hacia el bienestar. Debe combatir a los oportunistas, corruptos que se llenan los labios de mentiras, de palabras bañadas de falsas ilusiones, pero con sus acciones evidencian que son sepulcros blanqueados, fariseos.
Honduras no de abismo. Honduras de profundo, de hondo, de algo amado, respetado y anclado en los más profundo de nuestro Ser.
