HONDURAS.- La Alianza de Oposición: vidriosa esperanza con tufo a traición y tradición.

EGO28 mayo, 2017

Por Minerva y Horacio Villegas

elsoca.org

“Pero, las amenazas de la alianza no solo representan un factor que proviene de las afueras, el peor enemigo de la alianza se encuentra adentro”.

La alianza de oposición surge con la premura de la coyuntura del momento, dejando tras de sí incontables enfrentamientos ideológicos, confusiones y una población enfrentada con muy baja formación política y escasa organización. Es en este punto donde la fragilidad de la oposición se hace evidente, dejando expuestas un sinfín de preguntas entre las cuales subyace la más importante: ¿Es posible generar un cambio con una victoria de la oposición? Es precisamente esta interrogante la que muchos callan, puesto que la alianza se manifiesta en la misma ingenuidad de la población como la última esperanza para recobrar el orden; vista “como un mal necesario” ha caído en el olvido uno de los males mayores, el oportunismo. Es en ese olvido, en la misma desesperación de la vieja crisis que se excluye la premisa causante de todo el mayor mal: “La mala política” y que de la mala política, de la corrupción y de la desidia es de donde surgen las verdaderas crisis. Los pequeños detalles olvidados desnudan de a poco la única verdad que ninguno quiere escuchar: “La alianza es un proyecto improvisado que corre el riesgo de desplomarse con la fragilidad de un castillo de naipes”. Si se desploma, surge la dictadura, si resiste ¿Qué sigue?

Llegado a este punto solo puede ultimarse de la siguiente forma: el nacimiento de la alianza no surge con una mala intención, pero tal intención surge ante la inminente de una debilidad política por parte de los partidos de oposición, que se evidencia y que se reconoce al aceptar el pacto no después de interminables conflictos y discusiones entre dirigentes y bases de partidos. Tres largos años de pugna y enfrentamiento a partir de las últimas elecciones hicieron que se considerase las posibilidades de establecer una alianza de oposición pero estas se arraigaron, únicamente ante la amenaza de la reelección, uno de los incontables proyectos que nacen en el descaro de la corrupción y la impunidad.

Para que la alianza se considere una verdadera amenaza a los intereses de la clase burguesa del país, es necesario hacer una reconsideración de su razón de ser, es decir que el verdadero cambio se obtendrá, cuando la población así como las figuras que fungen como representantes asuman una madurez política que permita no solo construir proyectos políticos basados en discursos, anhelos y utopías romancistas (muy bien aceptados en la población), sino en la creación de proyectos a largo plazo con planes de acción objetivos y realistas que incluyan una verdadera educación de las bases para la toma de decisiones consciente, critica y combativa, no apresurada y producto de la desesperación. Honduras nuevamente evidencia poseer una política en pañales, donde su ejercicio surge de la necesidad coyuntural y que se pretende tapar con la simpleza que dan las soluciones que se obtienen por el sentido común.

La crisis de Honduras no puede ser solventada con la desfachatez de una improvisación actoral por parte de los dirigentes políticos, es necesario que la transformación se encause en otras direcciones que incluyan agentes de cambio decisivos, como el abandono del interés personal para crear perfiles “de buen político” para afianzarse una carrera. La política no es un fin en sí mismo, se trata del medio por el cual es posible alcanzar el bienestar de todas las personas, por esta razón, no puede tomarse a la ligera, Honduras puede ser el semillero del cual germine una próxima revolución, pero para ello, es necesario que las condiciones sean las adecuadas.

3F9A0744

¿Más de lo mismo? Crítica al caricaturesco programa de la Alianza Política de Oposición

Días antes de presentarse el veredicto sobre quién encabezaría la alianza de oposición –donde resultó ser el candidato electo Salvador Nasralla este domingo 21 de mayo–, se lanzó públicamente por las redes sociales y medios de comunicación el planteamiento político y estructural de esta alianza partidaria; todo esto vertido en una suerte de fundamentos doctrinarios que no pueden ser aplaudidos y aceptados sin antes mostrar los notables resquicios donde brotan sus inconsistencias.

El programa se reduce sencillamente en una evocación del populismo, en donde se ovacionan reformas sociales que a simple vista conceden bienestar social a la mayoría pobre y desposeída del país; una estrategia, sin embargo, embarrada de utopismo y sentimentalismo. Estamos frente a un programa impremeditado y pensado como la sombra de supuestos políticos todavía irrealizables, pero fuertemente añorados.

Las posturas políticas de la Alianza se concentran –la mayoría– en los problemas de coyuntura: la oposición a los planes reeleccionistas de JOH, a la corrupción vista desde el gran desfalco del seguro social, a la cancelación del cobro de peajes, y en general la propuesta de desmantelar las políticas asistencialistas y espurias del gobierno de turno.

No existen políticas de gran alcance en este plan doctrinario de la Alianza, en vez de presentarnos un riguroso plan de gobierno de rasgos más realistas y no tan descabelladamente románticos, se nos presenta sin más, el viejo escarnio con que los liberales del siglo XIX y XX saludaron a la crédula población hondureña de ese entonces: con la vieja idea de la gratuidad educativa incondicional y el beneficio tan bien gratuito y de rasgos universales de la seguridad social. Dos siglos de espera ya nos pesan sobre la espalda a la mayoría. Parece pues, que estamos frente a las mismas e inalcanzables promesas, esta vez preparadas a la luz de este nuevo siglo.

Otro embuste que figura en este programa de gobierno de la Alianza es hacernos creer, a los que engrosamos las extensas filas de pobreza en el país, que no se pagará por ningún servicio público tal como la luz eléctrica y el agua potable; semejante propuesta no ha sido llevada a su total realización en ningún país que ha sido moldeado en la dialéctica relación de dependencia que han tenido los países latinoamericanos con los imperialismos europeos y norteamericano, excluyendo el caso de Cuba con su sistema que garantiza en algún sentido estos servicios. Esta propuesta de la Alianza está fuera de contexto, pues al estar enmarcado el país en un sistema político dependiente y neoliberal, no es posible garantizar plenamente estos servicios.

Se reza –en este ingenuo ideario– por una “Reforma Agrícola Justa, con salvaguardia de las propiedades productivas”. Otro balbuceo retórico que no dice mecanismo alguno con que se pueda lograr este cometido; el problema del acceso a la tierra está fuertemente enlazado con la lucha campesina que decide batirse a sangre con el sector oligárquico dueño de las tierras y la mano de obra.

Hablar del acceso a la tierra para el campesino en este país es abrir el debate sobre el control exorbitante que tienen los oligarcas sobre ella; unas cuantas líneas sentimentales, expresadas sin aliento combativo o alternativas suficientes para extenuar este problema, demuestran la delirante presencia y poco alcance resolutivo de esta alianza para los grandes problemas de la nación.

El fenómeno del sistema extractivo que devora los recursos naturales de los países latinoamericanos, y la vida de sus nobles defensores, como en nuestro caso el repudiable asesinato de la compañera Berta Cáceres, es hoy un preocupante tema que agobia a la población consciente de este fenómeno. El tema de las concesiones cedidas a estas empresas extractivas solamente se truncan ligeramente con reformas, pero en el marco de dependencia y fragilidad de los estados centroamericanos es una realidad que suceda sin extrañeza alguna, este tipo de venta del territorio nacional. Y en este sentido la Alianza en cuanto al tema extractivo se refiere, solo se enviste de reformismo sin replantearse el marco histórico de debilidad estatal que tiene nuestro país, que le concesiona a los países europeos y a Estados Unidos los recursos naturales sin objeción alguna.

3F9A0106

La Alianza de oposición: entre liberalismo y populismo

Tanto el partido LIBRE como el PAC se componen de presupuestos salidos del mismísimo liberalismo político, aunque recientemente es la retórica populista del sentimentalismo la que vertebra sus planteamientos doctrinarios. Por un lado, LIBRE al derrotar los últimos vestigios de oposición franca contra el golpismo, demostró ser una organización vasalla a las directrices del sistema eleccionario-fraudulento del país. Organización vestida de un socialismo vacío y de fondo un partido de liberales enardecidos con sus correligionarios golpistas, ideológicamente un vertedero de ideas socialistas fosilizadas y una cúpula –en su mayoría– de la vieja guardia sindicalista.

Por otro lado, está el PAC que con su intrincada postura ideológica que coquetea con los principios de libertad emanados del liberalismo, y compuesto por la clase media antorchera descontenta por la corrupción en el país, figura como el partido político de más aceptación por su reciente presencia en la vida política del país, y quizá por el carisma y franqueza de su representante Salvador Nasrralla.

Los dos partidos fusionados en la Alianza de Oposición no dejan de ser una alternativa que solo se planteó remediar problemas coyunturales, no sabemos la postura de la Alianza –encabezada ahora por Salvador Nasrralla como candidato presidencial–, frente a la presencia del gobierno norteamericano en el rumbo político del país, y tampoco advertimos el rumbo económico que tomará la Alianza si el gane frente a JOH se presenta; lo cierto es que al componerse del ideario más esperanzador del liberalismo y el populismo, es predecible su arraigo a los más recalcitrantes grupos económicos del país, y a una fuerte filiación de dependencia a las potencias dominantes.

Acerca de El Pulso

Propósito: Somos un equipo de investigación periodística, que nace por la necesidad de generar un espacio que impulse la opinión sobre los temas torales de la política, economía y la cultura hondureña. Estamos comprometidos con el derecho que la gente tiene de estar verdaderamente informada.

Derechos Reservados 2019-2021