EL MEU ANTE LA CRISIS

EGO4 septiembre, 2017

Transfiguraciones del Movimiento Estudiantil

Para poder comprender las relaciones y dinámicas que conllevan el reciente Decreto presentado como iniciativa ciudadana del MEU para solventar la crisis de la universidad, es necesario aproximar a qué es el MEU y cuáles son sus prácticas. El MEU no es un movimiento estudiantil que surge de la nada, sino que es de un proceso histórico de organización y de muchas iniciativas y proyectos estudiantiles a lo largo del período 2009-2017, al calor de las acciones del actual bloque que dirige la universidad.

La génesis del Movimiento Estudiantil se puede arrastrar desde el Golpe de Estado de 2009 cuando surgen en el escenario político nacional organizaciones y movimientos sociales y populares que van construyendo un nuevo pensamiento de resistencia, en este escenario surgen a lo interno de la Universidad una serie de experiencias organizativas que dieron paso a la gestación y construcción del movimiento estudiantil en el siglo XXI. Describimos las etapas de la siguiente manera:

1.REFORMISTAS: Etapa de Movimientos Independientes 2009 a 2013

Proceso político para la conformación de las asociaciones de carrera, construcción de representación estudiantil basado en la Ley Orgánica, proceso constituyente. Etapa antifrentista, con trabajo estratégico y poco alcance en la organización estudiantil.

2.REVOLUCIONARIOS: Etapa de asociaciones estudiantiles de carrera 2013 a 2015

Ante una elección ilegal de Julieta Castellanos y representantes estudiantiles impuestos, los cuestionantes a la reforma surgen desde las bases por carrera y estructuras organizativas alternativas que dieron pequeñas aproximaciones a la interpretaciones del campo universitario y comunidad universitaria y que sentaran las bases para lo que hoy se conoce como MEU.

3.REBELDES: Etapa de movimiento estudiantil 2015 a 2017

Esta etapa se caracteriza por dos aspectos importantes. Primero, se desarrolla proceso de articulación estudiantil, movilización, politización y una fuerte ola de criminalización de estudiantes. Segundo, nos encontramos con un movimiento estudiantil que se mueve alrededor de una crisis coyuntural y no pone en cuestión la crisis histórica de la UNAH; un movimiento que ha sido incapaz de avanzar y profundizar los procesos de organización estudiantil; un movimiento fragmentado con una serie de contradicciones internas que no le permite generar consenso, cohesión y hegemonía;  y un movimiento estudiantil sin dirigencia estratégica académica y política que se traduce en la ausencia de una propuesta de transformación universitaria, pensada mas allá de la representación estudiantil y la salida de la Rectora Julieta Castellanos. Entonces ¿Qué se ha aprendido de los procesos anteriores? Parece que una cúpula con su propio proyecto se apropió del quehacer y ser del MEU, perdiendo el sentido, la dirección y el rumbo.

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De la institucionalidad, gobernanza y normatividad

La demanda del MEU es poder tener representación en los órganos de gobierno, pasando por la reforma curricular hasta las reinvindicaciones estudiantiles desde estos espacios. Es en este escenario que el MEU plantea una Asamblea Constituyente Estudiantil Universitaria para poder establecer las estructuras organizativas y mecanismos de elección donde participará el estudiante. Entendiendo que la ACEU es producto de un acuerdo de la comisión de transición de la UNAH: CT 67-2006, podemos evidenciar una lógica de normatividad que institucionaliza al MEU, es decir, el movimiento lleva a cabo lo que la Comisión de Transición propuso. Pero nos preguntamos, ¿Qué tiene de malo la comisión de transición? Y si tiene algo de malo, ¿Por qué lo avalamos? ¿El movimiento estudiantil no se puede ver mas allá de la normativa dictada? ¿hay crisis de creatividad para repensar los procesos constituyentes y organización estudiantil lejos de los que dicta la ley? , y si avalamos ¿Qué significa esto para el MEU? ¿bajo esquemas conservadores se conquista el verdadero sentir y pensar de la universidad y del movimiento estudiantil?

Daremos algunos pincelazos de la organización estudiantil y universitaria, y sus contradicciones en sí, para sí y con los modelos que la UNAH pretende impulsar:

  1. En la UNAH hay 3 órganos de administración, gestión, ejecución y resolución: Consejo Universitario, Rectoría y Junta de Dirección Universitaria; dónde los últimos dos consolidan una bicefalia por contradicción de funciones, que al final entre las 3 forman un anillo cerrado. (Rectoría precede CU, CU elige a JDU, y JDU elige a Rectoría). ¿Quién dirige la UNAH?, y también lanzamos la pregunta: ¿Quién dirige Educación Superior? O acaso, ¿Se dirige solo?
  2. En términos académicos y administrativos tenemos las unidades académicas: que en Ciudad Universitaria son Facultades pero en los Centros Regionales y Centro Universitario Regional son los mismos centros, es decir, no existen las facultades. Lo que dificultad la organización estudiantil por afinidad si no existen facultades. Apelando a la falta de creatividad por parte del movimiento estudiantil ¿Dónde está la autonomía de cada asociación para organizarse a su manera y lógica?
  3. En la cuestión de representación estudiantil existen 2 formas de gobierno: autogobierno que está estructurado por Asociaciones de Carrera, Asociaciones de Facultad o Centro, y FEUH; y Co-gobierno que es el Comité Técnico de Carrera, Junta Directiva de Facultad y el Consejo Universitario (fuera de la bicefalia que dirige la U). Los representantes estudiantiles del comité técnico de carrera están supeditados a la asociación de carrera; los de la Junta Directiva de Facultad supeditados a la Asociación de Facultad o Centro; y por último los de Consejo Universitario supeditados a la Asociación de Facultad o Centro también. Entonces queda la duda, ¿La FEUH que papel juega? ¿Más que las remembranzas de la lucha histórica?
  4. Siguiendo con la FEUH, como es posible en términos de representación por Unidad Académica la FEUH tenga 10 unidades académicas sólo de Ciudad Universitaria, y una por cada centro. ¿Es acaso democrático hablar de centralización y burocratización? ¿Todo el poder a Ciudad Universitaria?
  5. Retomando las unidades académicas; como es posible de acuerdo a los modelos que pretende impulsar la universidad realizar una reforma curricular en los centros regionales si no hay facultades que puedan construir un mesocurriculo (según Normas Académicas), tomando en consideración que las reformas curriculares son de acuerdo a las realidades internacionales, nacionales y regionales, e incluso locales. ¿Acaso es posible una reforma curricular sólo con la realidad de Tegucigalpa?, y peor aún, ¿Es posible hablar de reforma académica en contexto centralizado en Tegucigalpa donde los centros regionales y centro universitario regional no tienen flexibilidad organizativa ni académica?, Si no es posible bajo esta Ley Orgánica una reforma académica integral ¿Será posible, bajo la suposición que la UNAH dirige el subsistema de educación superior, esperar una reforma académica a nivel superior?
  6. Y por último, dentro de la lógica de la ley orgánica existen facultades, sólo son órganos administrativos-académicos no crean, recrean, producen o reproducen ciencia, tecnología, arte o cultura; sólo manejan los departamentos y escuelas de los cuáles se esperaría que surgiera la investigación científica, pero en su falta de definición y vacíos en la ley orgánica, no sólo no generan conocimientos sino que están supeditados a una Dirección de Investigación Científica y Posgrados que centraliza a nivel nacional la investigación y los posgrados; y por otro lado tenemos la Dirección de Vinculación Universidad-Sociedad que centraliza a nivel nacional la extensión universitaria. Ambas supeditas a la Vicerrectoría Académica, que además centraliza poderes por sobre las unidades académicas, es decir por sobre Facultades y Centros Regionales y Centro Universitario Regional. ¿Es acaso ésta lógica burocrática, tecnócrata y teocrática la que permitirá que hayan nuevos procesos de enseñanza-aprendizaje en la docencia; que existan nuevos conocimientos científicos, desarrollo en las artes, cultura y tecnología; y sobre todo que exista una relación legítima con la sociedad?

Para poner en evidencia los fallidos postulados de la organización académica y política de la UNAH, encarnados en la Ley Orgánica,  no basta con hacer apuntes jurídicos, ademas de que ese enfoque deja mucho que desear para construir un proyecto hegemónico alternativo (contra hegemónico). Ante ello, el movimiento estudiantil no encuentra punto de quiebre (luego de apostarlo todo a un antepreoyecto) ni ha conseguido posicionarse mas  allá de un juego de poder hasta que caiga su oponente (como si la universidad se trata de poder y no el poder pensado desde el campo universitario).

Bajo esas premisas parece ser que el MEU se institucionalizó, es decir se volvió incapaz de plantear un verdadero proyecto pensado desde la Resistencia, haciéndose partícipe y legitimador del proyecto de Contrarreforma. No se puede pensar en una verdadera transformación universitaria, como lo representa el movimiento estudiantil, alrededor de los postulados de la Ley Orgánica, ya que dicha Ley presenta muchos problemas al momento de concebir la Universidad como institución, organización y comunidad; elementos centrales que el movimiento estudiantil cuestiona pero dentro de los limites impuestos por la institucionalidad normativa de la Universidad.

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Entre lo viejo y lo nuevo: el reacomodo

Gramsci definía la crisis como el proceso histórico donde “lo nuevo no acaba de nacer, y lo viejo no termina de morir”.

Actualmente estamos ante el escenario de un final de un ciclo, el cuál se caracterizó por una lucha estudiantil frente a un bloque académico. Ambos se fueron desgastando hasta entrar en una fase que ni el uno ni el otro cedía, lo que implica que las estrategias dentro de las reglas del juego en el campo universitario deben cambiar y por tanto, el mismo campo universitario en cuanto a su autonomía se fue relativizando hasta el punto donde el poder legislativo toma posición como otra fuerza que pone en tensión las relaciones entre: el MEU y el bloque hegemónico académico, el MEU y el bloque hegemónico político; y por último estos dos bloques hegemónicos de diferentes campos, por un lado universitario y por otro legislativo, ponen de manifiesto su poder simbólico, que se transforma en un reacomodo de ambos bloques, en una relación de fuerzas de legitimación de ejercicios de dominación desde sus respectivas posiciones.

Este reacomodo tiene una crónica anunciada cronológicamente: CONADEH se pronuncia para que Consejo Nacional de Educación Resuelva la crisis; Juan Hernández pronuncia que la crisis debe terminar entre los mismos actores universitarios y que él no interviene por la condición de autonomía de la Universidad; Julieta Castellanos brinda una conferencia de prensa sobre la cancelación del período académico y posibilidad de recuperarlo; se validan y consolida los custodios electorales para la UNAH; el Registro Nacional de las Personales da un veredicto favorable de las firmas recopiladas para la iniciativa ciudadana; se nombra una comisión especial para dictaminar la iniciativa; se tienen reuniones con todos los sectores donde se conoce a ampliamente los planteamientos, y al final construyen un proyecto legislativo alternativo donde se explicita la aplicación de toda normatividad nacional y universitaria, y el nombramiento interino de autoridades; se aprueba la propuesta de la comisión especial con gran mayoría de diputados; Juan Hernández lo firma de forma inmediata; la rectoría llama a reanudar el segundo período.

Mientras tanto el MEU por un lado apela a la normatividad contra el poder legislativo, o sea la normatividad en sí y para sí; y por otro lado desconoce las autoridades universitarias cuando ya ha habido un proceso de reacomodo.  Y al mismo tiempo, se creará una tensión con el Tribunal Supremo Electoral para la definición de un reglamento electoral para elegir los estudiantes antes los órganos de gobierno, ¿Autogobierno o cogobierno?, y legitimar con ello el Consejo Universitario y la gobernanza, institucionalidad y la normatividad.

En este espacio de reacomodo y oxigenación pura para el bloque de las autoridades universitarias ante un movimiento estudiantil que ha sufrido un costo político alto las ultimas semanas, nos deja entrever que hay interpretaciones de crisis bastante sesgadas y limitadas, pues con elecciones estudiantiles y una JDU ilegal, no se avanza mas allá de dar respuestas coyunturales a crisis históricas que se encuentran una a una con actores de consignas y peleas por conseguir el poder ¿cuál poder?, mas allá de la academia y de un modelo universitario.

El MEU no aprendió de lo viejo y no elucida lo nuevo, parece que es el fin de la historia (Hegel). Por tanto, el MEU no conquista la crisis, no evidencia la crisis y por consecuencia es incapaz de resolverla. Tema de interés que estaremos tratando en la siguiente entrada: Salidas a la Crisis en la UNAH.

Lea además: 

http://elpulso.hn/crisis-en-la-unah-ante-proyecto-del-movimiento-estudiantil-y-el-dictamen-del-congreso-nacional/

*Colectivo IDEA

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