Fuertes señalamientos hizo esta semana el periodista y consultor en temas de seguridad norteamericano Douglas Farah, Presidente de IBI Consultants LLC, Senior Visiting Research Fellow, Centro de la Universidad de Defensa Nacional para Operaciones Complejas, Antes del Caucus del Senado sobre el Control Internacional de Narcóticos en un informe que señala “a figuras del sandinismo” con operaciones del narcotráfico y carteles colombianos, parece confirmarse con las declaraciones del mayor en retiro, Roberto Samcam, quien involucra a Nicaragua en el lavado de dinero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), a través de empresa Alba de Nicaragua S.A (Albanisa).
«Al mover plata de la empresa venezolana a través de los convenios petroleros, la duda queda en que si sabían del lavado de dinero», apuntó Samcam, en un artículo publicado el pasado 14 de septiembre en La Prensa del vecino país de Nicaragua. Roberto Samcam recordó además que las relaciones del Gobierno del presidente designado por el Consejo Supremo Electoral, Daniel Ortega, con las FARC tienen mucho tiempo y salió a relucir en el pasado, cuando aparecieron dirigentes de las FARC con cédulas nicaragüenses.
Para la socióloga e investigadora en seguridad, Elvira Cuadra, este señalamiento tampoco le extraña “porque Centroamérica es, por decirlo así, ‘el patio de Colombia’ y un grupo irregular que maneja montos tan altos de dinero ilícito necesita resguardar la mayor cantidad posible para asegurar su sostenibilidad económica y política”.
También recordó experiencias similares como las ocurridas en países africanos, aunque utilizando otros materiales como diamantes y uranio.
No obstante, Cuadra considera como crítico el que haya habido “una inyección tan fuerte de dinero a la región (pues) crea dinámicas económicas ficticias, que al final tienen graves consecuencia para las sociedades enteras”.
“El otro punto crítico es que da vida a procesos donde los grupos criminales que blanquean el dinero ilícito, se fusionan con las élites económicas y políticas de los países de destino, elevando los niveles de corrupción”, sostuvo la especialista.
Samcam por su parte rememora que las relaciones entre Venezuela y las FARC datan desde la época del Gobierno de Hugo Chávez, cuando se formó el llamado Cartel de los Soles, al que se relaciona a altos oficiales militares y estos al lavado de dinero. “Y nada mejor que hacerlo a través de PDVSA”, que a su vez encontró en Nicaragua y El Salvador como sus principales aliados por afinidad política ideológica, señaló Samcam.
El exmilitar del Ejército Popular Sandinista estimó que esta actividad en las que se ve envuelto no solo Venezuela, sino sus países aliados como Nicaragua y El Salvador, es una información antigua que incluso Estados Unidos debe haber acumulado. Y fue por eso que a su criterio, la semana pasada el consejero económico de la Embajada de Estados Unidos en Managua, William Muntean, exhortó a empresas de capital estadounidense radicadas en Nicaragua a consultar con la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro sobre los riesgos o sanciones a los que se exponen de establecer relaciones comerciales con Albanisa.
Señalamientos graves
Para el exdiplomático y politólogo José Dávila, el testimonio del investigador Douglas Farah “es un tema sumamente grave”.
“El Gobierno de Nicaragua debería ofrecer de inmediato su colaboración para clarificar los señalamientos, de lo contrario sería gravísimo guardar silencio o negar colaboración”, dijo Dávila. Sobre todo, indicó, que Albanisa es una empresa “ligada al propio presidente de la República”, por lo que “ no se puede poner en riesgo la credibilidad de un Estado que es sujeto de deberes y obligaciones en el derecho internacional”.
Estos señalamientos pueden causa un derrumbe de la credibilidad de Nicaragua como Estado, si ante algún requerimiento internacional se guarda silencio sobre este tema, dijo Dávila.
Lea más sobre Albanisa y los vínculos con la familia Ortega en el siguiente enlace
http://elpulso.hn/alba-petroleo-y-el-narco-en-centroamerica/
Al menos dos mil millones de dólares se mueven en “transacciones sospechosas” desde la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) y sus filiales en Centroamérica: Alba Petróleos, de El Salvador, y Albanisa, de Nicaragua, para posibles actividades de lavado de dinero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y otros grupos, según alertó el investigador en temas de Defensa y Seguridad Nacional, Douglas Farah, ante una Comisión del Senado sobre el Control Internacional de Narcóticos, en Washington.
El experto del Centro Nacional para Operaciones Complejas de la Universidad de Defensa Nacional y presidente de IBI Consultants LLC, acudió ante la Comisión a título personal para recomendar una investigación exhaustiva de las transacciones financieras de PDVSA, mismas sobre las que ha advertido en ocasiones anteriores en otros espacios.
Farah explicó ante la Comisión su planteamiento sobre la conexión regional con las FARC, que asegura cuenta con PDVSA como su principal estructura para el lavado de dinero.
Colombia ha iniciado un proceso de paz y reconciliación tras el conflicto armado de más de medio siglo con la guerrilla, que incluye reconocer a las FARC como un movimiento político.
Sin embargo, Farah recomienda “mantener la designación de las FARC como entidad terrorista”, al menos hasta que se complete plenamente el acuerdo de paz en Colombia.
Además, el especialista recomienda penalizar a los estados “bolivarianos”, entre los cuales está Nicaragua, Venezuela, El Salvador, Bolivia y Ecuador, porque considera son “cómplices” al proporcionar a las FARC nuevas oportunidades para que la antigua guerrilla mueve, oculte o invierta sus recursos, y utilice paraísos fiscales fuera de la región.
“Esta diversificación es posible porque los propios Estados en la estructura bolivariana son cómplices en el uso y apoyo de los grupos transnacionales del crimen organizado para lograr sus fines políticos”, asegura Farah.
Según Farah, las FARC y otros grupos ahora han implementado la estrategia de depender o invertir en bienes raíces, construcciones, carteras de inversión e incluso estructuras bancarias formales.
El investigador soporta sus advertencias sobre documentos analizados durante más de cuatro años por la consultora que preside y asegura que el comandante Daniel Ortega y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), han apoyado a la guerrilla política y logísticamente, durante décadas.
En Nicaragua, el gobierno de Ortega ha desviado más de 4 mil millones de dólares de la cooperación venezolana, manejados discrecionalmente, al margen del presupuesto.
Farah detalla que los vínculos entre Ortega, la secretaría de las FARC y el FMLN, han tejido una estructura para trasladar por “puerto seguro” los bienes de las FARC en el extranjero, principalmente a través de las empresas de las filiales de PDVSA, y no descarta que existan otras redes, también destinadas a la transición de las FARC como un partido político.
Por su parte y aunque no hay una declaración oficial hasta el momento, el portal digital Nos Queda Claro de corte conservador publicó una nota esta semana indicando que la Encargada de Negocios de Estados Unidos en Honduras, Heide B. Fulton, confirmó que congresistas de su país, piden que se investiguen los posibles vínculos de políticos hondureños con lo que sería una compleja red de lavado de activos que involucra a las FARC, PDVSA, La ALBA y los gobiernos aliados de Hugo Chávez en Centro América, incluyendo Honduras.
Fuentes: La Prensa / Confidencial