Tegucigalpa.
Nuevamente se conmemoró una celebración más de la independencia patria en su aniversario 196; otro 15 de septiembre igual a los demás: temperatura alta, gente en las calles, bandas de guerra de colegios, familias orgullosas de ver a sus hijos desfilar (en cualquiera de los dos desfiles: izquierda o derecha) persiguiendo un objetivo popular en una y en la otra siguiendo un interés particular.
El estadio estuvo lleno, los militares hicieron su tradicional salto en paracaídas para caer en el centro del Estadio Nacional. Este 15 de septiembre sin embargo tuvo ciertas particularidades que son prácticas conocidas por la población.
La movilización de los sectores pro izquierdas comenzó al final del bulevar Morazán. Pancartas, consignas alusivas a la madre del presidente y actual precandidato del Partido Nacional, al cambio del sistema neoliberal, la búsqueda de una independencia real, aunque sin especificar los mecanismos para lograr ninguno de esos cambios.
La represión y la victimización
A la altura de Radio Globo los asistentes al nuevo desfile del 15 de septiembre comenzaron una serie de insultos en contra del otrora defensor de las ideas de Libertad y Refundación, el periodista y director del medio David Romero Ellner, quien tiene un enfrentamiento abierto contra el ex presidente y coordinador General de LIBRE y de la Alianza de Oposición José Manuel Zelaya Rosales.
Ante esta situación varias personas comenzaron con oprobios contra el director de Radio Globo quien también contestó con insultos, los que derivó en el lanzamiento de piedras y ataques contra el edificio Villatoro y como por arte de magia de la comunicación verbal comenzó la tan ya famosa represión por parte de miembros de la Policía Nacional y de la Policía Militar.
El caos, gases lacrimógenos, gente corriendo, humo, las consignas se elevaron de nivel, la poca tolerancia que tiene la población contra los integrantes de los brazos armados del gobierno llega a extremos de acercarse a los antimotines y gritarles.
La “gaseada” se estructuró en tres partes, la inicial desde Radio Globo, las demás en lo que continua del Bulevar Morazán. Llegando a los puentes del mismo, lugar en el que varias personas quitaron la publicidad de los candidatos políticos para quemarlos en la calle.
El escenario fue igual a los que se vivía durante el golpe de Estado en el 2009: el pavimento caliente, la temperatura a unos 30ºC, gases lacrimógenos, ojos rojos, gritos, lágrimas, personas corriendo, otros desafiando a los policías.
El momento se estiró por unos 30 minutos, pasado ese tiempo tanto los manifestantes como los policías continuaron al centro de la ciudad para escuchar los discursos de este desfile popular.
La defensa de la educación pública y la democratización de los espacios de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y la refundación hacia una universidad más comprometida con el pueblo fueron algunos puntos que los representantes del Movimiento Estudiantil Universitario compartieron con los asistentes a la Concha Acústica del Parque Central de Tegucigalpa.
También se declararon en rebeldía y en contra de toda dictadura y continuismo, repudiaron la política de criminalización judicialización, contra todos los que levantan la voz en contra de los abusos del poder de las autoridades universitarias y no universitarias.
El MEU invitó a continuar con la rebeldía y generando consciencia, haciendo revolución y aportar a las grandes transformaciones que el país necesita:
«¡Más educación menos militarización!» fue el grito de los representantes del MEU, quienes también expresaron su adhesión al partido Libertad y Refundación, pero aclarando que su presencia es una muestra de solidaridad y compromiso como estudiantes, por la lucha contra el sistema capitalista y el modelo neoliberal que impide el cumplimiento de los derechos ciudadanos y humanos que la constitución garantiza.
Exigieron además, como sector estudiantil, la unificación de los diferentes grupos sociales y políticos de Honduras para luchar desde diferentes espacios.
Wilfredo Méndez también fue un personaje que vivió la represión de los órganos armados del gobierno, pero eso no impidió que desarrollara su papel de defensor de los derechos humanos, conciliando con los policías y la población. En su discurso Méndez expresó que lo más importante es luchar por las libertades para las futuras generaciones, aunque les cueste la vida. Proclamó a los presentes como defensores de derechos humanos y llamó a no tener miedo para enfrentar la dictadura. Pidió el reconocimiento de los jóvenes del MEU y de los pueblos indígenas por la dignidad que han tenido en las luchas que enfrentan. Se le cuestionó el por qué provocar -a lo que se contestó- porque se quiere justicia y agregó: “provoquémoslos hasta que caigan de la dictadura en la que están”.
Carlos H. Reyes, presidente del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Bebida y Similares (STYBIS), también participó en los discursos como parte del movimiento sindical. Comenzó su discurso recordando a los asesinados por parte de los movimientos sociales organizados. Cuestionó la independencia de 1821 y siguió con una línea de tiempo explicando quienes dividieron a Centroamérica y han sido los culpables históricos de los Golpes de Estado y de la militarización. La reelección es otro golpe de estado, aunque no se quiera entender de esa forma, el tema es violatorio de la Constitución para continuar gozando del abuso de poder de las instituciones del gobierno, violar los derechos humanos y continuar con la impunidad, manifestó Reyes.
En su participación, Manuel Zelaya Rosales recordó una vez más, como lo sacaron a punta de fusil el 28 de junio del 2009 por promover el primer proyecto de consulta popular en casi doscientos años: La Cuarta Urna.
Tildó el hecho como una barbarie y a los participantes de: barbaros, golpistas, tiranos y dictadores agregando que ahora son los que gobiernan el país.
La adjetivación que utilizó Manuel Zelaya para justificar el disturbio de la mañana frente a Radio Globo, fue la palabra: infiltrados, aduciendo que hay testigos que vieron a los «infiltrados» que comenzaron el conflicto.
No era gente de nosotros -dijo Zelaya Rosales- confirmando que son pacíficos y vaticinando que son los que van a derrotar al oficialismo cueste lo que cueste en las próximas luchas sociales y electorales -aunque Salvador Nasralla ha pedido una reunión de la base de la Alianza para decidir el futuro del movimiento político de cara a las Elecciones Generales.
Zelaya pidió a la gente que repitiera la pregunta: ¿Cuál independencia? Si se depende de las ordenes de directrices de organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y que dicta las privatizaciones del país:
“Las políticas de seguridad que se aplican criminalmente, especialmente la limpieza social contra los jóvenes que en lugar de rehabilitarlos los mandan a crucificarlos, en masacres de balas dirigidas por los Estados Unidos, ¿cuál independencia?“
Expresó que los grupos privilegiados son los que gozan de seguridad y el resto soporta el plan Colombia, para mantener el Estatus Quo de esos grupos, el bipartidismo. Agregó que Juan Orlando Hernández no es presidente de Honduras y que Xiomara Castro sí lo es.
La Alianza encabezada por Salvador Nasralla es el bien y ellos (el oficialismo bipartito) son el mal pero, sin hacer alusión a que Nasralla no estuvo presente en la movilización en su lugar quedó su esposa Iroshka Elvir. Continuó denunciando que Juan Orlando se quiere robar las elecciones de la Alianza de Nasralla, luego repitió la consigna fuera JOH, para encender el ánimo de la gente, se refirió a Juan Orlando como un gendarme del bipartidismo y del imperio, de la oligarquía. Imponer un modelo excluyente, antidemocrático y dictatorial es el plan del oficialismo para el país -denunció Zelaya Rosales-, también recordó los beneficios de los que gozó el pueblo con las donaciones de Hugo Chávez pero, que por eso se ganó el resentimiento de muchos y que con en su gobierno se abrió el camino para una verdadera independencia con el Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), para con eso atraer inversiones de los países miembros. Pidió que no olvidaran los logros de los trabajadores y los maestros en su gobierno.
«La revolución en Honduras es inevitable y la vamos a impulsar con los artículos de la Constitución de la República»-. Con esta frase cerró su participación Mel Zelaya en los discursos de este nuevo 15 de septiembre, en donde unos celebran una independencia con desfiles de colegios y otros exigiendo una revolución que conlleve a una verdadera liberación.