EEUU no es «suficientemente flexible» para competir con China en África

Redacción El Pulso23 diciembre, 2022

MOSCÚ, Rusia 

La Cumbre de Líderes de EEUU y África, celebrada del 13 al 15 de diciembre, la segunda de este tipo en la historia, fue considerada como parte de un intento estadounidense de contrarrestar la creciente influencia china en África.

En una entrevista con Sputnik varios expertos evaluaron las posibilidades de éxito de Washington en la región.

La intensificación de los esfuerzos estadounidenses por competir con China en la cooperación con África se enfrenta a varios obstáculos, ya que el modelo de desarrollo chino resulta más atractivo para las naciones en desarrollo que el estadounidense, declaró a Sputnik el director del Consejo Egipcio de Asuntos Exteriores, Dr. Ezzat Saad.

«Es destacable que China no pretenda imponer su modelo de desarrollo o su sistema de gobernanza a otros países, sino a través de una política china flexible y compatible con las condiciones cambiantes (…) en África, y que se basa en un modelo de desarrollo que satisface las necesidades del continente al margen de la competencia o de cualquier consideración ideológica, en contraste con el enfoque estadounidense a este respecto», subraya.

Saad también señaló que Washington trata a África «como un bloque sin Estados con sus propios intereses y preocupaciones», lo que «sin duda refleja la fortaleza de la relación entre Washington y África».

A su vez, el asesor político nigeriano de la consultora Development Reimagined, especializada en geopolítica, Ovigwe Eguegu, afirmó que la estrategia estadounidense en el continente, que se caracteriza por un alto grado de politización de las relaciones, está conectada con los intereses políticos globales de EEUU.

«Creo que EEUU, por supuesto, seguirá aumentando su campaña de presión sobre China e intentará reclutar a países africanos para que participen en las resoluciones y propuestas de la ONU patrocinadas por Occidente también en Naciones Unidas, la Comisión de Derechos Humanos, para intentar utilizar el sistema de la ONU para presionar a China. Y es probable que ambas cosas aumenten. Existe la preocupación de que los países africanos no vayan a seguir el juego», subrayó el experto.

En África hay todo tipo de campos de competencia entre potencias extranjeras. Según el escritor e investigador sobre la cooperación entre China y África Nicholas Dweh Nimley, uno de los más importantes es la inversión, ya que el continente sigue «muy necesitado» de financiación, principalmente para desarrollar las infraestructuras y el capital humano.

Además, en su opinión, si EEUU se tomara en serio su deseo de competir con el gigante de Asia Oriental, podría conceder préstamos a bajo interés a África o condonar préstamos para infraestructuras, como hace China, pero no es seguro que el Congreso aprobara tales medidas, «porque se trata del dinero de los contribuyentes estadounidenses».

Por su parte, Saad cree que los anuncios realizados en la cumbre de Washington —como los planes de invertir al menos 55.000 millones de dólares en África en los próximos tres años, destinar 2.500 millones de dólares a ayuda alimentaria y prestar hasta 21.000 millones de dólares a través del Fondo Monetario Internacional a países de renta baja y media— son demasiado insignificantes para eclipsar la influencia china.

«La conclusión es que las iniciativas occidentales mencionadas son ‘demasiado poco, demasiado tarde’, incluso según algunos expertos occidentales, y que la inflación y las políticas internas de los principales países occidentales limitarán la financiación que proporcionarán los Gobiernos, y el sector privado de estos países se mostrará muy reacio a invertir en un entorno de inestabilidad», indicó.

En sus palabras, China, por el contrario, considera que la inseguridad en África es consecuencia de un desarrollo sostenible insuficiente, y cree que la ayuda económica y técnica, así como las inversiones en proyectos de infraestructuras, son necesarias para lograr la estabilidad, la seguridad, la paz social y la buena gobernanza en los países del continente.

China es el principal patrocinador directo de África, y su inversión duplica aproximadamente la de EEUU.

Las exportaciones chinas están eclipsando a las estadounidenses a África debido a la diferencia de enfoque, enfatizó Nimley.

En su opinión, «se trata de cantidad sobre calidad», ya que China suministra a África productos y servicios más adecuados al poder adquisitivo del continente, que sigue siendo bastante bajo.

«El modelo estadounidense habla de calidad por encima de cantidad, pero si miramos a través de África, veremos la sede [de la Unión Africana], financiada por China; la actual sede de la CEDEAO [Comunidad Económica de Estados de África Occidental], financiada por China; el Centro Africano para el Control de Enfermedades, financiado por China; ferrocarriles, puentes, financiados por los préstamos chinos. Entonces, ¿por qué el modelo estadounidense habla más de trabajo de calidad? La gente de África espera ver la presencia y que hagan más», contestó.

China es el mayor socio comercial de África, con un volumen de comercio entre el Estado asiático y el continente que alcanzó los 254.000 millones de dólares el año pasado, cuatro veces el valor del comercio entre EEUU y los países africanos.

Estados Unidos suele ser el más atractivo para los africanos por su mayor facilidad de integración, a pesar de que China es el destino favorito de los estudiantes africanos gracias a las becas que concede anualmente, destacó Saad. También puntualizó que la ayuda al cambio climático y el apoyo militar son posibles campos de desarrollo de la cooperación entre EEUU y África.

Sin embargo, continuó, la historia de las políticas entre EEUU y África dificultó que los africanos confíen en las promesas de Washington, una situación que se vio agravada por el hecho de que EEUU no haya cumplido las promesas realizadas recientemente; por ejemplo, la Cumbre EEUU-África de 2014 «no se tradujo en compromisos concretos».

El experto también apuntó que la experiencia con los Estados occidentales, incluido EEUU, «no inspira a los países en desarrollo confianza en la seriedad» de las iniciativas de inversión estadounidenses.

Entre las discrepancias notables entre la retórica de la cumbre de 2014, en la que «el compromiso de EEUU con la seguridad de África» ocupó un lugar central, y la realidad posterior a la cumbre se encuentra la actual crisis en el Sahel, que no ha podido ser abordada ni por el Mando África de Estados Unidos (AFRICOM), ni por los aliados europeos de EEUU.

El investigador independiente y politólogo ugandés especializado en economía política Frederick Golooba-Mutebi comentó que, en general, en materia de política, el enfoque estadounidense consiste en «sermonear y amedrentar» a los africanos, mientras que el enfoque chino es más apreciado por los africanos, lo que, según él, supone un gran escollo si EEUU quiere competir por el afecto de África.

«Competir con China va a ser muy difícil [para EEUU], porque mientras los chinos sigan jugando al juego que están jugando ahora —de flexibilidad, de no interferencia, de voluntad de invertir dinero—, no estoy seguro de que EEUU sea lo suficientemente flexible como para jugar al tipo de juego que están jugando los chinos. Ni siquiera estoy seguro de que los europeos sean capaces de jugar el mismo juego. Creo que los chinos han sido mucho más creativos y han mostrado mucha más previsión en lo que quieren hacer en África. Y no creo que las potencias occidentales puedan ponerse a su altura», observó.

Nimley afirma que no cree que EEUU consiga el papel que quiere desempeñar en África a medio plazo, agregando que el país norteamericano «está empezando con 15.000 millones de dólares de un total de 55.000 millones», mientras que China proporcionó 60.000 millones a los países africanos a través de préstamos y otros mecanismos.

«Así pues, para que EEUU recupere su papel, tiene que ayudar a África a desarrollarse», concluyó el experto. (Con información de Sputnik). 

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