«Nunca más a la violencia»: Boric conmemora los 50 años del golpe de Estado contra Allende en Chile

Redacción El Pulso11 septiembre, 2023

SANTIAGO DE CHILE, Chile 

El presidente de Chile, Gabriel Boric, ratificó este lunes su compromiso con la democracia y los derechos humanos al encabezar el acto conmemorativo del 50 aniversario del golpe militar que el dictador Augusto Pinochet perpetró en contra del Gobierno democrático de Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973.

«Conmemoramos una fecha dolorosa y que es, sin duda, un punto de inflexión en nuestra historia, una historia que trajo muerte, sufrimiento, persecución y pobreza a nuestra patria», señaló durante una histórica ceremonia realizada en el Palacio de la Moneda.

«Hoy recordamos a quienes defendieron la Constitución y las leyes cuando hace 50 años el estado de derecho caía avasallado detrás nuestro por la fuerza de aviones tanques y armas, y la insolencia de la traición y la sedición», agregó.

El mandatario enfatizó la importancia de apostar a una convivencia democrática basada en la pluralidad y el respeto entre personas que piensan diferente. «Proclamamos con mucha convicción que nunca más la violencia sustituya en nuestra convivencia al debate democrático. Hoy decimos ante Chile y el mundo: democracia hoy y siempre», afirmó.

Además, señaló que una «verdad incómoda» implica reconocer que la democracia no está garantizada y que todos los días se debe trabajar de manera tranversal para protegerla.

Boric explicó que los cambios estructurales a los que aspiran las fuerzas progresistas a las que él pertenece deben ser respaldados por amplias mayorías, a las que no se puede culpar de fracasos propios. Tampoco es posible, afirmó, tener un doble estándar al momento de condenar violaciones a los derechos humanos.

«La democracia es el único camino para avanzar a una sociedad más justa y humana. Es un fin en sí mismo, no meramente instrumental y la violencia política no cabe dentro de ella (…) la unidad de las fuerzas progresistas es más importante que la permanente división identitaria. No importa el color del régimen que viole derechos humanos, estos deben ser respetados siempre», expresó.

El mandatario recordó a las víctimas que, desde el primer día del golpe, fueron perseguidas por sus ideas, murieron o fueron hechos desaparecer, o conocieron la cárcel, la tortura y el exilio.

«Por eso es muy importante afirmar con claridad que no es separable el golpe de Estado de lo que vino después, desde el mismo momento del golpe se violaron los derechos humanos de chilenos y chilenas», dijo en un momento en el que en este país se fortalecen los discursos negacionistas que justifican e incluso aplauden los crímenes cometidos por Pinochet.

También celebró que el documento «Por la democracia, siempre», que propuso su Gobierno, haya sido firmado por los expresidentes Eduardo Frei, Ricardo Lagos, Michelle Bachelet y Sebastián Piñera.

Boric insistió en que la sociedad chilena tiene la responsabilidad de afrontar lo sucedido en esos años con verdad justicia y reparación.

«Solo asumiendo las deudas del pasado y sanando realmente esas heridas, cosa que no se puede decretar, será posible una convivencia en armonía y la construcción de una sociedad que se proyecte al futuro», dijo.

El presidente destacó especialmente a Allende, a quien calificó como un hombre de ejemplar trayectoria democrática, cuya figura, 50 años después del golpe, el mundo le sigue rindiendo respetuosos homenajes.

Aprovechó, además, para responder a la polémica que se generó por su decisión de participar en la marcha realizaron organizaciones de víctimas el pasado domingo. «Les digo con mucha convicción y tranquilidad: no me arrepiento un segundo de estar, junto con mi Gobierno, al lado de quien sufrieron», expresó.

La unidad y la reconciliación, consideró, no se consiguen con neutralidad ni distancia, sino poniéndose indiscutiblemente del lado de quienes fueron víctimas del horror.

«La reconciliación no pasa por pretender empatar responsabilidades entre víctimas y victimarios, sino haciendo todo lo que esté a nuestro alcance para encontrar verdad y justicia y comprometernos, como cantaron ayer con fuerza las mujeres afuera de La Moneda: nunca más», señaló.

Como parte de esta convicción, recordó que todavía se desconoce el paradero de 1.162 personas desaparecidas durante la dictadura, por lo que reiteró que su Gobierno iniciará un plan nacional de búsqueda.

«El Estado los hizo desaparecer, y el Estado debe hacerse cargo de saber dónde están», señaló.

En la ceremonia participaron los presidentes de Bolivia, Luis Arce; Colombia, Gustavo Petro; México, Andrés Manuel López Obrador; y Uruguay, Luis Lacalle Pou. El argentino Alberto Fernández canceló su asistencia a último momento.

También acudieron los expresidentes de Chile, Michelle Bachelet y Ricargo Lagos; Costa Rica, Laura Chinchilla; Colombia, Ernesto Samper Juan Manuel Santos; España, Felipe González; y Uruguay, José Mujica.

Uno de los invitados especiales más destacados fue Baltasar Garzón, el exjuez español que logró que Pinochet fuera arrestado en 1998.

El acto comenzó con la presentación del conjunto folclórico de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, cuyas integrantes presentaron «La cueca sola», en referencia a la tradicional danza chilena que reformularon para bailarla sin pareja y evidenciar así la ausencia de las víctimas que faltan.

Luego disertaron la poeta Elvira Hernández y la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, y se transmitieron mensajes grabados del primer ministro de Corea, Han Duck-soo; y el presidente de República Dominicana, Luis Abidaner.

A las 11:52, la misma hora en la que el 11 de noviembre de 1973 comenzó el bombardeo a La Moneda, se llevó a cabo un emotivo minuto de silencio.

Más tarde, fue el turno de la diputada Isabel Allende Bussi, hija del expresidente y sobreviviente del ataque ocurrido hace 50 años.

«Ha sido triste y doloroso, me tocó ser la última persona del entorno de mi padre en entrar ese día a La Moneda, teníamos el mandato de contar lo que pasó entonces, lo que significaba la Unidad Popular y la barbarie que comenzaba a imponerse», recordó entre lágrimas.

La jornada fue antecedida por los graves disturbios ocurridos durante el domingo en el centro de Santiago, en donde diversos colectivos realizaron sus propios eventos.

De hecho, el propio Boric se sumó a la marcha organizada por asociaciones de víctimas de la dictadura y que terminó con una represión policial que dejó un saldo de 16 detenidos y vandalismo en La Moneda, la sede presidencial.

«Participé orgulloso con ellos porque estoy convencido de que, gracias a su lucha incansable por verdad y justicia, es que hoy nosotros estamos aquí. Les debemos mucho como país», afirmó.

También denunció que pequeños grupos de encapuchados trataron de reventar la manifestación.

«Rompieron vidrios y atacaron a indistintamente a agrupaciones y a militantes de partidos políticos (…) como presidente de la República condeno categóricamente estos hechos sin ningún tipo de matiz. Su intolerancia y violencia no deben tener cabida en democracia», advirtió.

La oposición de derecha y ultraderecha, en tanto, se mantuvo ajena a todo tipo de pronunciamiento en contra del golpe de Estado y de repudio a los crímenes de Pinochet.

Tampoco quisieron firmar una declaración conjunta que propuso el Gobierno y que establece un compromiso con la democracia y los derechos humanos, que sí fue avalado por los expresidentes Eduardo Frei, Lagos, Bachelet y Piñera. (Con información de RT). 

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