Desplazados: la solución del problema comienza por reconocerlo.

ALG22 junio, 2017

Sofía Martínez Fernandez, analista para el Triángulo Norte de Centroamérica para la International Crisis Group, presentó el día de ayer en el contexto del Grupo de Trabajo sobre Maras y Pandillas promovido por la Fundación Friedrich Ebert en Honduras, los principales hallazgos y conclusiones del estudio: «El salario del miedo: maras, violencia y extorsión en Centroamérica».

Como ella nos lo explicó al final de la jornada, el estudio se hace en un momento en el cual el tema de las maras y pandillas se vuelve importante dentro de la Alianza para la Prosperidad (ahora para la prosperidad y seguridad) del triángulo norte de Centro América.

«El motivo por el que una organización de prevención de conflictos armados abre presencia acá, en estos tres países, es precisamente porque nos preocupa los altos niveles de criminalidad, nos preocupa las consecuencias humanitarias que tiene el narcotráfico, las pandillas y otros temas la corrupción y por eso este primer estudio es una especie de aproximación que analiza la extorsión…  Nosotros percibimos la extorsión como una de las amenazas más palpables, más reales de la gente normal de a pie, en relación con los grupos criminales y por eso queríamos saber cuál era la relación entre pandillas y extorsión, y las políticas públicas de los tres países, Guatemala, Honduras y el Salvador», afirma Martínez.

El International Crisis Group es una organización independiente que trabaja para prevenir las guerras y dar forma a las políticas que construirán un mundo más pacífico. Como lo indica su página web, Crisis Group suena la alarma para prevenir un conflicto mortal en el mundo, creando apoyo para el buen gobierno y la política inclusiva que permiten que las sociedades florezcan.

La guerra no es inevitable, indica Crisis Group en su portal electrónico, calificando los conflictos y guerras como un desastre causado por el hombre.

«La región centroamericana, ahora con la nueva administración Trump, parece que vuelve a estar visibilizada. Estamos ya hablando de la responsabilidad compartida tanto de México como de Estados Unidos, de los países del triángulo norte, para combatir la criminalidad. Es algo positivo que México, por primera vez en mucho tiempo, este preocupado por sus países del sur», afirma Sofía Martínez, al tiempo que expresa su preocupación por que «esta crisis se convierta en un aumento de la militarización, en un aumento de las políticas públicas más represivas que se ha demostrado que los últimos años lo único que ha hecho es ser contraproducente con el tema de las pandillas».

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Sofía Martínez Fernandez, Analista TNCA Crisis Group.

La Alianza para la prosperidad surge cuando se generó la crisis de refugiados del 2014-2015, en el gobierno de Obama, cuando comienza a conversarse sobre una necesidad de invertir en política social para el triángulo norte, para reducir la migración y la delincuencia. En ese contexto, ¿qué cambió del proyecto que se empezó a discutir en el 2014 al proyecto que se discutió la semana pasada en Miami con el gobierno de Trump?

«Es difícil decirlo, principalmente porque no hay muchos medidores ni sistemas de evaluación del plan alianza prosperidad. El plan ha tardado un poco en implementarse en estos tres países, se ha tardado en llegar la plata y la verdad que el impacto que ha tenido ha sido un poquito desigual. La diferencia entre lo que vimos la semana pasada en Miami, tanto en las intervenciones de Mike Pence como de John Kelly, y las intervenciones de los principales representantes políticos del triángulo norte, es que parece que Estados Unidos sigue interesado en proteger a la región pero quiere dar cierto protagonismo al sector privado y a la oportunidad de negocios para tratar de atender los temas de desarrollo. Esto no es per se un enfoque erróneo, pero si creemos que no fortalece esa necesidad de estos tres países del triángulo norte de fomentar el Estado, lo que llaman en ingles el Nation Building, de tratar de reconocer la responsabilidad del Estado de proveer seguridad, educación, salud etc, a sus ciudadanos y no dejar que esa responsabilidad caiga en el sector privado. Por ejemplo acá en Honduras, lo vemos en el tema de la seguridad privada, como la policía «no funciona», no tenemos legibilidad, pues contratemos empresas de hombres armados que estén en la puerta de todos los edificios. Eso a la larga lo que genera es más inseguridad y no siempre un fortalecimiento del Estado. Creemos que es significativo que Estados Unidos haya aprovechado el plan de Obama y le esté dando un carisma un poquito más tradicional del partido Republicano, enfocado desde la perspectiva de la seguridad. Es interesante ver como, por ejemplo, el tema del narcotráfico básicamente parece que lo domina todo y en cierta forma pues dejan de mencionarse temas como la defensa de los Derechos Humanos o el combate a la corrupción, nosotros creemos que uno de las grandes apuestas positivas que tenía el Plan Alianza para la Prosperidad, era esa estrategia de atender conexiones fuertes y fomentar la independencia de los ministerios públicos para tratar de combatir la corrupción, y Guatemala, se podría decir, es un ejemplo exitoso de ese tema. Si ahora se deja la necesidad del combate a la corrupción, creemos que estaríamos dando un paso atrás».

Presidentes de El Salvador, Honduras y Guatemala.
Presidentes de El Salvador, Honduras y Guatemala.

¿Vos me hablás entonces, que el nuevo plan de alianza para la prosperidad de Trump es un plan de que involucra la privatización de la seguridad publica?

«No necesariamente lo que estoy diciendo es de que hay mayor presencia de empresa privada en el debate, en relación a la inseguridad en el triángulo norte no digo si es bueno o malo, porque nuestra tarea no es esa, es tratar de identificar los factores que van a propiciar el conflicto que creemos que hay que tener mayor incidencia y no dejar atrás ese gran enfoque que tenía el plan alianza, que es el combate a la corrupción a partir de las fiscalías y de los ministerios públicos del triángulo norte, creemos que esa línea de acción estaba siendo positiva y no debería de dejarse a un lado».

El estudio que presentaste hoy tiene un enfoque alrededor de la extorsión, como una figura delictiva de especial interés para Crisis Group. El gobierno de Juan Orlando también ha estado presentando como uno de sus ejes de trabajo, el tema de la extorsión ¿Cómo ven ustedes el abordaje que ha hecho Juan Orlando al tema de la extorsión en el país?

«La verdad es que me faltan datos para poder darte una respuesta integral a esa pregunta, porque hemos abordado el tema de la extorsión a nivel de los tres países del triángulo norte o sea que ahí no te podría responder, lo que si te podría responder es que en Guatemala, por ejemplo, hay algunos ejemplos exitosos del combate a la extorsión que creemos que parte de ese éxito está basado en el aumento de la efectividad de organismos como el ministerio público y el hacer a la ciudadanía participe del combate a la extorsión».

¿Hay diferencias en la pandilla en cada una de las regiones?

«Si»

¿No es lo mismo la MS de El Salvador que la MS de Honduras? Entendiendo esa diferencia y las condiciones que le ha tocado a cada una de las pandillas, con esta capacidad que tienen de mutarse que vos misma describiste al principio ¿Cómo ves que haya una estrategia uniforme en el triángulo norte de atacar de atacar a las pandillas? ¿funciona una estrategia uniforme de atacar un fenómeno que es tan distinto en cada una de las regiones?

«Es cierto que es distinto y por supuesto vemos como el carácter oportunista de las pandillas pues les ayuda a desarrollar habilidades delictivas específicas de cada país, pero también es cierto que al ser un fenómeno transnacional es una amenaza común a la seguridad de los tres países del triángulo norte y por eso el intercambio de ideas, de inteligencia entre los tres países, iniciativa como la fuerza trinacional o que los ministerios públicos estén intercambiando información son, creemos, que van en el buen camino de atacar a las pandillas. La verdad es que como cada país tiene unas problemáticas políticas muy diferentes es muy difícil decir que hay una política regional del combate a las pandillas y quizá lo debería haber, nosotros pensamos que todo lo referente a la integración regional y tratar de dejar un poco las diferencias partidarias a un lado y analizar cuáles pueden ser iniciativas porque las pandillas no siguen fronteras ni siguen la ley, o sea son grupos criminales que mutan, que cambian, de hecho aquí en Honduras hay muchos casos de pandilleros salvadoreños que han llegado aquí a Honduras que no son de aquí, o sea que realmente hay que ver como el Estado puede reaccionar con tanta rapidez como lo hacen las pandillas y eso sin duda pasa por la integración regional y sobre todo del intercambio de inteligencia, incluso de buenas prácticas. En ese sentido creo que Guatemala tiene bastantes ejemplos que compartir con sus compañeros, con sus vecinos del triángulo norte».

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El estado de Honduras es el único que reconoce la existencia del desplazamiento interno ¿Por qué los otros países no lo reconocen?

«Es una pregunta que la planteo mucho sobre todo a la gente que trabaja en comunidad internacional, pero la verdad es que lo que te dicen ellos es que no pueden reconocerlo porque de reconocer que tienes una crisis de desplazamiento estas obligando a otros países a que acepten a tus refugiados y tu imagínate a El Salvador, que tiene un cuarto de su población en Estados Unidos y de repente dice que tiene una crisis de desplazamiento forzado, obviamente eso tiene un efecto en los procesos de petición de asilo de las personas y ahí también esa presión internacional de controlar».

O sea, ¿es Estados Unidos quien presiona para que no se reconozca el problema?

«No me consta si te digo la verdad, lo que si te estoy diciendo es que por ejemplo en el caso de El Salvador, de reconocer de que tiene una crisis de desplazamiento forzado obligaría a otros países, no solamente a Estados Unidos, a aceptar sus refugiados. De hecho a Juan Orlando si mal no recuerdo le cayeron algunas críticas por reconocerlo pero creemos que lo tiene que reconocer».

O sea que ¿hizo lo correcto?

«Yo creo que sí, porque luego está el cómo se manifiesta eso en las políticas adecuadas, siempre está el doble discurso de reconozco tal pero le voy a dar otra cosa. No estoy diciendo que lo haya hecho su presidente, pero sí que creo que el problema empieza por reconocer que lo tienes y en el caso de El Salvador, por ejemplo, deberían de reconocerlo para que así comunidad internacional pueda implementar una serie de programas de emergencia. Creemos que es una responsabilidad de los tres gobiernos y eso lo decimos claramente, no solo en el informe si no siempre que nos preguntan al respecto, pero si lo que dice Juan Orlando Hernández, yo creo que es un paso hacia adelante para tratar de mitigar las terribles consecuencias humanitarias de la seguridad».

 Sofía Martínez Fernandez: [email protected]

Lea aquí el informe completo «El salario del miedo: maras, violencia y extorsión en Centroamérica»

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